Inmaculada Carrascosa Moreno
Psicóloga General. Psicoterapeuta
Claudia Westedt Blanco
Psicóloga General. Psicoterapeuta
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Durante muchos años la noción de adicción ha sido sinónimo de adicción a las drogas. Pero si tenemos en cuenta que los componentes fundamentales de los trastornos adictivos son la falta de control y la dependencia, las adicciones no pueden limitarse a las conductas generadas por sustancias químicas. (Newlin 2.008).
De hecho, existen hábitos de conducta aparentemente inofensivos que en determinadas circunstancias, pueden convertirse en adictivas e interferir gravemente en la vida cotidiana de las personas afectadas (Echeburúa y Corral, 1.994; Mellody, 1.997).
Cualquier actividad normal percibida como placentera es susceptible de convertirse en una conducta adictiva.
De conductas normales o saludables, se pueden hacer usos anormales, es decir, una adicción sin drogas es toda aquella conducta repetitiva, que resulta placentera (al menos en las primeras fases) y que genera una pérdida de control en el sujeto, con una interferencia grave en su vida cotidiana, a nivel familiar, laboral o social.
Para Mark Griffiths (1998) cualquier comportamiento que cumpla los siguientes seis criterios será definido operacionalmente como adicción.
- Saliencia: Se refiere a cuando una actividad en particular se convierte en la más importante en la vida de un individuo y domina sus pensamientos, sentimientos y conducta.
- Modificación del humor: Como consecuencia de implicarse en la actividad.
- Tolerancia: Se requiere incrementar la cantidad de una actividad particular para lograr los efectos anteriores.
- Síndrome de abstinencia: Estados emocionales desagradables y los efectos físicos que ocurren cuando una actividad particular es interrumpida o repentinamente reducida.
- Conflicto: Se refiere a los conflictos que se desarrollan entre el adicto y aquellos que le rodean (conflicto interpersonal) con otras actividades (trabajo, vida social, intereses, aficiones) o dentro de los propios individuos (conflicto intrapsíquico) que están involucrados con la actividad particular.
- Recaída: Es la tendencia de volver a los patrones tempranos de la actividad que vuelven a repetirse.
Por lo tanto lo importante en la adicción no es la actividad concreta que genera la dependencia, sino la relación que se establece con ella. Es una relación negativa, incluso destructiva que el sujeto se muestra incapaz de controlar.
Tipos de adicciones conductuales
Las adicciones al juego, la adicción al sexo, la adicción a la comida, las adicciones a las compras, la adicción al trabajo y la adicción a internet. Son algunas de las adicciones psicológicas destacables en la actualidad.
No se trata, según Echeburúa de psicopatologizar conductas y hábitos cotidianos, “Lo que diferencia al hábito de la adicción es que la última tiene efectos contraproducentes para el sujeto”.
Las causas de las adicciones Psicológicas son múltiples, pero el factor más determinante sería la vulnerabilidad psicológica. Parecen existir ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones no químicas entre las que cabe citar:
- Impulsividad.
- Estado de ánimo disfórico.
- Intolerancia a los estímulos displacenteros tanto físicos como psicológicos.
- Baja autoestima.
- Estilo de afrontamiento inadecuado.
- Egocentrismo.
- Búsqueda de sensaciones.
Habría que añadir carencia de afecto consistente, de manera que el individuo trataría de llenar esta carencia por medio de su adicción.
Adicción a las compras: Oniomanía
La adicción a las compras es un impulso afán desmedido incontrolado y recurrente para adquirir objetos inútiles o superfluos. Este consumo, no planificado, excede de las posibilidades económicas del sujeto, de hecho los derroches de dinero propicia conductas morosidad, asociadas a este tipo de problema. Podemos pensar que existe una adicción a las compras cuando:
- Nos sentimos tristes deprimidos o enojados y lo único que nos calma es ir de compras.
- Compramos con frecuencia cosas poco útiles, que después nos arrepentimos de haber adquirido (se compra por comprar)
- Las compras son excesivas y los objetos adquiridos son innecesarios o nos resultan inservibles.
- Nos precipitamos a la hora de comprar y aunque el sujeto es consciente de ello no puede refrenar el impulso.
- Si pasamos por la puerta de un centro comercial y no entramos, sufrimos un síndrome de abstinencia, es decir, estado de nerviosismo que solo se calma cuando entra a comprar (de la Gándara, 1.996)
- A pesar de haber realizado un gran gasto nos sentimos insatisfechos cuando reflexionamos en casa sobre los objetos adquiridos, es decir, existe una pérdida de aprecio por los productos una vez comprados.
- Vemos que se nos va el dinero y estamos irritados por haber gastado el dinero tontamente e incluso que estamos generando deudas.
- Del entorno familiar, amigos y seres queridos nos llegan mensajes críticos reproches por nuestra desmedida afición a comprar.
- Vemos algo que nos gusta y no paramos hasta comprarlo.
- Adquirimos productos “milagro” que intuimos inútiles.
- Recibimos el extracto de la tarjeta de crédito, y nos sorprende en gran medida la cantidad del importe de las compras realizadas.
- Nuestro tiempo libre lo dedicamos preferentemente a visitar los centros comerciales o ir de escaparate en escaparate.
- El ciclo habitual y los síntomas más comunes en la compra compulsiva son:
- Estado de ánimo disfórico (Tristeza, ira, nerviosismo)
- Excitación ante las expectativas de compras, niveles elevados de ansiedad en centros comerciales y otros lugares de compras.
- Aparición de deseos de resistirse, con imposibilidad de contener el impulso de realizar compras.
- Una vez realizada la compra, liberación de la tensión, adquisición placentera de objetos superfluos y satisfacción.
- Sentimientos de culpa y remordimientos, arrepentimientos y autorreproches por el dinero gastado y por la pérdida de control.
- Repetición del ciclo para superación del malestar.
Estos impulsos se presentan en el adicto 3 o 4 veces por semana aunque depende mucho de la disponibilidad de la tentación y el estado de ánimo de la persona, de hecho la depresión puede facilitar esta adicción, pero también puede ser una consecuencia de la misma.
Tratamiento
Lo primero que debe hacer la persona con tendencia a la compra compulsiva, es precisamente reconocer su dependencia y las consecuencias que esta tiene en su vida, como en las que le rodean.
La compra compulsiva al igual que otras adicciones psicológicas muestra dos características fundamentales la pérdida de control y la relación de dependencia que se establece con relación a la conducta de comprar (se continua con ella a pesar de las consecuencias negativas que produce.)
El objetivo terapéutico se centra en el reaprendizaje del control de la conducta.
- El tratamiento inicial de choque se centra en el aprendizaje de respuestas de afrontamiento adecuado ante las situaciones de riesgo (técnicas de control de estímulos).
- Restringir las entradas en las tiendas.
- Limitar el dinero disponible en la cartera.
- Pagar solo con dinero en efectivo.
- Retirar las tarjetas de crédito.
- Comprar en compañía de otras personas no consumistas.
- Adquirir solo productos planificados con anterioridad en una lista.
- Control diario de gastos.
- En una segunda fase, se produce una exposición programada a las situaciones de riesgo (técnica de exposición en vivo con prevención de respuestas a los estímulos y situaciones relacionadas con la compra adictiva.)
Pero al igual que en otras dependencias, el tratamiento de adicción a las compras deberá incluir una combinación de técnicas que traten de controlar tanto la sensación de ansiedad como los pensamientos intrusivos generados ante la tentación de comprar como son:
- Técnicas de relajación y respiración orientadas a aumentar la sensación de control sobre uno mismo.
- Terapias cognitivas que buscan la identificación de pensamientos intrusivos para establecer una línea base sobre la que trabajar para reducirlos hasta niveles normales, en que compremos lo que necesitemos.
- Técnicas de modificación de conducta que tratan de reducir las conductas inadecuadas de compra, así como reforzar aquellas orientadas al ahorro y a la selección de artículos según su utilidad.
Conclusiones
- Todas las adicciones acaban por minar la vida de quienes las sufren y de todos los que le rodean.
- Para diferenciar si una conducta es adictiva o no lo fundamental es si se trata de una experiencia buscada con ansia, con pérdida de control por el sujeto y que produce una relación de placer / culpa.
- El objetivo terapéutico, es el reaprendizaje de la conducta de una forma controlada y concluida una intervención terapéutica inicial, los programas de prevención de recaídas en los que se prepara al paciente para afrontar situaciones críticas y para abordar la vida cotidiana de una forma distinta, pueden reducir significativamente el número de recaídas en los primeros meses de seguimiento que constituyen el momento crítico.
- La psicoterapia es necesaria para superar esta dificultad, ya que la compra compulsiva puede persistir una temporada muy larga o incluso toda la vida, hasta provocar la ruina financiera de la persona afectada o su entorno.
- Los motivos asociados a este problema son diversos miedo, vacío, carencias emocionales, soledad, insatisfacción personal, baja autoestima, etc. La compra es un intento de amortiguar estas sensaciones.
Referencias bibliográficas
DE LA GÁNDARA, J. (1996): Comprar por comprar. Madrid: Cauce.
ECHEBURÚA, E. (1999): Adicciones sin drogas. Las nuevas adicciones juego, sexo, comida, compras, trabajo, internet. Bilbao: Desclee de Bouwer.
ECHEBURÚA, E. (1994): Evaluación y tratamiento de los trastornos adictivos. Madrid: UNED-FUE.
FÉRNANDEZ-MONTALVO, J. y LÓPEZ-GOÑI, J. J. (2010): Adicciones sin drogas, características y vías de intervención. Focad.
GRIFFIHS, M. D. (1.998): “Internet addiction. Does it realty exits?” En Gackenbach (Ed) Psycology and the internet: Intrapersonal, interpersonal and transpersonal implications. New York: Academic Press.
RODRÍGUEZ, R.; OTERO, J. M. y RODRÍGUEZ, R. (2001): Adicción a la compra. Madrid: Pirámide.
RODRÍGUEZ, R.; GONZÁLEZ, M.; FERNÁNDEZ, A. y LAMEIRAS, M. (2005): “Explorando la relación de la adicción a la compra con otros comportamientos excesivos: un estudio Piloto”. Adicciones, 17, pp. 231-240.
WIKIPEDIA, la enciclopedia libre. “Oniomanía”.