Análisis crítico en torno a la categoría ‘niveles de explicación’ en Doise

Erick Daniel Granados Monroy
Licenciado en Filosofía, Máster en Desarrollo Humano y Doctor en Gestalt. Profesor de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, FES Zaragoza, Distrito Federal (México). Colaborador de las revistas electrónicas Mundo Gestalt, Filosofía Mexicana, Razón y Palabra, y Revista de Psicología y Humanidades
.

“Los psicólogos no han logrado inventar una jaula de Faraday para el campo social.
Lo mismo que los psicólogos clínicos y los psiquiatras, no han podido acondicionar habitaciones suficientemente acolchadas para amortiguar los ruidos del mundo.”

Moscovici, El campo de la Psicología social, 1985

Resumen

El presente artículo realiza una exposición de las categorías primordiales de la propuesta explicativa de Willem Doise —los Niveles de Explicación—, una estructura teórica que presenta capacidades heurísticas pero también limitaciones contextuales e históricas, mismas que son señaladas y complementadas desde los enfoques psicosociológico y reichiano.

Nos valemos del Método doxográfico, modalidad cualitativa para la exposición y elaboración del proceso conceptual crítico.

Palabras clave: Doise, niveles de explicación, intraindividual, interindividual, Psicología política, Reich

Summary

This article is an exposition of the primary categories of explanatory proposal Willem Doise —Levels of Understanding—, a theoretical structure that presents heuristic capabilities but also contextual and historical limitations, these are identified and supplemented from psychosocial and Reichian approaches.

We use the doxographical method, qualitative method for exposure and development of critical conceptual process.

Keywords: Doise, Levels of Explanation, Intraindividual, Interindividual, Political Psychology, Reich

Introducción

En esta reflexión en torno a los niveles de análisis de explicación desarrollados por el enfoque Sociológico, tomaremos como punto de partida los elementos conceptuales ubicados en los siguientes recursos bibliográficos:

— Willem Doise, Tensiones y explicaciones en Psicología social experimental;
— Moscovici con El campo de la Psicología social;
— Apoyo Interno: Modelos y funciones de Parrilla;
— Comunicamos una realidad de López y Millán, y
Asesoramiento hacia la escuela inclusiva de Monzón.

Nos sustentamos en esos textos, cada uno de los cuales se manifiesta como propuestas para realizar modelos interpretativos sobre las problemáticas humanas desde la psicosociología. Realizaremos un análisis sobre sus postulados teóricos y finalizaremos con una contrastación crítica sobre lo revisado.

El método que utilizamos para la elaboración de este artículo fue el Método doxográfico.

Este escrito se encuentra constituido por seis apartados principales: Introducción, Desarrollo, Argumentaciones, Conclusiones, Notas y Referencias bibliográficas.

En la Introducción se ubica la presentación básica de la estructura conceptual del documento.

En el Desarrollo se encontrarán los antecedentes de los niveles explicativos.

En la argumentación se ubican las siguientes secciones:

— Lógica de explicación de los niveles;
— Dinámica de los niveles de explicación;
— Planteamiento de problemas desde las corrientes en Psicología social; y
— Relación de los niveles de explicación con la cultura, la realidad y los problemas sociales.

Las Conclusiones consistirán en:

— Contrastación a los paradigmas,
— Críticas a las argumentaciones de López y Millán, y
— Cierre y crítica desde el enfoque colectivo.

Tras la presentación estructural e introductoria, procedemos con la revisión de los precedentes de la categoría a estudiar.

Desarrollo

Antecedentes históricos de los niveles de explicación psicosocial

Doise

De acuerdo con el pensador belga, existe una yuxtaposición, una contraposición entre posturas de diversos paradigmas psicológicos, centrándose su análisis en las diferencias epistemológicas entre la Psicología experimental y la Psicología social, ambas de Alemania.

En un acercamiento inicial, parecería que la diferencia básica entre los experimentales y los sociales sería que los primeros se enfocan en elementos-dinámicas-problemáticas-acercamientos individuales, y los segundos, en interpretaciones de naturaleza más global. Pero la diferencia va más allá, en realidad habría más modalidades-enfoques-subdivisiones en cuanto a los objetos-tipos de estudio de las Psicologías [1]. Según Doise, existen cuatro tipos de explicación o niveles de análisis en la Psicología: Intraindividual, Interindividual, Intergrupal e Ideológico.

Se explicitan a continuación.

Respecto al tipo Intraindividual, el autor define lo siguiente:

“Un primer nivel de análisis, abordado en las experiencias de psicología social, concierne a los procesos intraindividuales. Los modelos utilizados describen la manera en que los individuos organizan su percepción, su evaluación del entorno social y su comportamiento en relación con dicho entorno. En estos modelos no se aborda directamente la interacción entre individuo y entorno social: son los mecanismos los que, en el nivel del individuo, permiten a este organizar sus experiencias, que constituyen el objeto de los análisis propuestos.” (Doise, 1983, p. 662).

Según lo citado, en estos análisis se atiende no a los procesos de interacción, sino a los mecanismos de percepción, expresión y procesamiento del ser, aislado. Situación que tendría de elemento positivo la rigurosidad, la exactitud, pero por otro lado, el sentido negativo sería el aislamiento, la falta de correlación. Continuando con su análisis de lo intraindividual, Doise comentará:

En general, sus investigaciones comienzan midiendo el valor que los sujetos adjudican a ciertos rasgos de personalidad presentados aisladamente (como, por ejemplo, ‘amable, alegre, trabajador’) y se esfuerzan en seguida por explicar la manera en que tales valorizaciones aisladas se integran en una valorización global cuando esos rasgos diferentes son atribuidos conjuntamente a una sola persona. Se proponen modelos de cálculo para describir el resultado de la combinación de dichos elementos; ciertos modelos recurren principalmente al cálculo del promedio de los valores adjudicados a los diferentes elementos, otros hacen intervenir un proceso aditivo, otros una ponderación diferente según la intensidad de los valores atribuidos a los distintos componentes. Todos estos modelos muestran el rasgo común de considerar al individuo como un organismo de tratamiento de la información que utiliza ciertas reglas que se deberán determinar. Es evidente que se trata siempre de fórmulas que dan cuenta, con mayor o menor aproximación, de resultados empíricos. En ellas se introducen diferentes variables, por ejemplo las temporales, que conciernen a la prioridad y la antigüedad de la información, o bien a su pertinencia y plausibilidad.” (Doise, 1983, p. 662).

En la perspectiva del autor, la característica principal de ese tipo de proceso heurístico es el uso de herramientas cuantitativas, de métodos cuantitativos que analizarán fracciones abstraídas del humano, sus características y problemáticas. Planteamiento que es producto de la ilusión introyectada en la Psicología, de ser considerada “ciencia”, siempre y cuando utilice los procesos/métodos biologicistas-fisicalistas-mecanicistas-materialistas de las Ciencias Naturales.

Situación, ilusión, introyecto que se explica sencillamente por el hecho de querer introducir en las Humanidades el modelo cuantitativo-rígido-lineal-derechista, con el propósito de hacer a las disciplinas sociales:

1. Utilitarias,
2. Irreflexivas, e
3. Irresponsables-antisociales/asociales.

Y vaya que lo consiguieron: estudiantes, estudiosos y paradigmas impregnados por una alienación ensimismadora y cosificante.

Respecto al segundo modelo explicativo, lo interindividual. Doise explica qué:

Un segundo nivel de análisis se interesa en los procesos interindividuales que se desarrollan en una situación dada. No se toman en consideración las diferentes posiciones que los individuos pueden ocupar fuera de esa situación. La mayoría de las investigaciones experimentales relacionadas con la teoría de los juegos se sitúan en este nivel. Su objeto de estudio es la dinámica de las relaciones que pueden instaurarse, en un momento dado, entre individuos dados, en una situación dada. Les resulta posible poner en evidencia la dinámica en espiral según la cual pueden desarrollarse conflictos y tensiones entre individuos.” (Doise, 1983, pp. 662-663).

Según el texto, la categoría de estudio de este modelo es el proceso relacional, la dinámica de interacción entre seres implicados en ciertas dinámicas y situaciones.

Para esta perspectiva, lo primordial no es la persona aislada, sino la conjunción-producto-suma de seres.

Una visión que académica y socialmente fue convenientemente dejada de lado. En las Conclusiones comentaremos por qué.

Respecto al tercer tipo psicológico explicativo, el intergrupal, nuestro dialogante definirá del siguiente modo:

“Kelley (1967), otro discípulo de Lewin, utiliza también un modelo teórico, el de la teoría de la atribución, que se situá esencialmente en el nivel del estudio de las interacciones interindividuales. Para explicar la manera en que los individuos se atribuyen intenciones mutuamente, este autor utiliza sobre todo un modelo de análisis de variación cuyo objeto es la consistencia del otro a través de diferentes situaciones. Jones y Davis (1965) señalan la intervención de otros factores, como la importancia —para el observador— de la acción del otro.

Jones y Nisbett (1972) llaman la atención sobre la importancia de estudiar la posición del observador en tanto tal y sobre su diferencia con la posición del que actúa: este último tiende a atribuir mayor importancia a los factores del entorno, mientras que el primero se interesa sobre todo en las intenciones del actor que observa.

En muchas investigaciones sobre la atribución, sin embargo, opera un tercer nivel, que hace intervenir explícitamente en las explicaciones la diferencia de posición social —previa a la interacción— que puede existir entre diferentes categorías de sujetos. Este efecto de las diferencias entre posiciones sociales en la interacción ya ha sido tema de una de las primeras experiencias sobre la atribución (Thibaut y Riecken, 1955), que no se limitó, en efecto, al estudio de las características propias de la situación de interacción. Dicha investigación resulta ejemplar en el sentido de que articula una modalidad de relación interindividual, en particular el éxito de un intento de persuadir a alguien, con diferencias de estatus preexistentes a la situación experimental.” (Doise, 1983, p. 663).

Bajo lo anterior, la dimensión intergrupal designará al conjunto, al estamento, a la globalidad del entorno o comunidad, como un elemento clave en la expresión y actuación del humano. Dependiendo de la inserción y ubicación de una persona dentro de una sociedad y relación, será su actuación e intención en una problemática o situación dada. Es decir, variará el actuar de la persona, dependiendo de los factores del entorno y de las intenciones desarrolladas por el individuo. Situación ésta que podríamos explicar cómodamente como modelaje.

En segunda instancia, consideramos que se causa por la violentación-deformación-condicionamiento de la persona, realizada por el poder fáctico y sus dispositivos de adoctrinamiento y control

Una tercera elucidación aparece al ubicar la dinámica del ser con el otro, bajo los esquemas de la modalidad intrapsíquica e intraindividual, situación que lleva al egotismo e ignorancia de la otredad: el humano centrado en él y por él.

La última parte de los tipos de explicación de Doise, el cuarto modelo, lo ideológico, modalidad de investigación sobre la cual el psicólogo realiza la siguiente argumentación:

Las experiencias de Lerner (1971) sobre la «víctima inocente» hacen intervenir un cuarto nivel de análisis. Cada sociedad desarrolla ideologías, sistemas de creencias y de representaciones, de evaluaciones y de normas, que deben justificar y mantener un orden establecido de relaciones sociales. Una creencia determinada afirma, por ejemplo, que recompensas y castigos, sanciones positivas y sanciones negativas, no se distribuyen al azar en este mundo. Las investigaciones de Lerner se basan en esta creencia general en un mundo justo. Sus investigaciones, por cierto, manipulan variables situacionales […]

Estas investigaciones de Lerner y de Milgram muestran que es necesario, para comprender lo que ocurre fuera de una situación experimental, invocar factores que sobrepasan los niveles de análisis descritos y que remiten a una visión más global:

Los negocios, la iglesia, el gobierno, la enseñanza, representan otros tantos dominios normales de la actividad humana, los cuales, por una parte, son legitimados por los valores y las necesidades de la sociedad y, por otra, son aceptados por el ciudadano típico como inherentes al mundo en el que ha nacido y en el cual vive. (Milgram, 1974, 178.)

Subrayamos que estas creencias generales logran, de hecho, justificar la diferente fortuna que sufren los protagonistas de la situación. Se trata de «universales» ideológicos que, paradójicamente, se encuentran en la base de las diferenciaciones y discriminaciones sociales.” (Doise, 1983, p. 665).

De acuerdo a lo citado, los elementos culturales masivos, las cosmovisiones de una comunidad, la ideología de una cultura, serán elementos que proyectarán su influencia en los habitantes de esa civilización, siendo factores potentes que sobrepasarán en ocasiones a los imperativos morales y esquemas individuales.

Es necesario aclarar que el uso que da Doise a la noción de ideología, está totalmente alejada de la caracterización condicionante que tiene el vocablo en el materialismo histórico, en este enfoque se trata más de las construcciones simbólicas, semánticas y axiológicas de una comunidad, que de los procesos deformatorios y castrantes de las camarillas dominantes.

Contrastando la postura doiseiana, observamos que hay una pequeña falla en esa lógica, y es que la “sociedad” no es la comunidad, los universales no son creados por los ciudadanos, y claro, los elementos culturales son “azarosa” y convenientemente la lista de deseos de los esclavistas ricos: crean una moral y significación universal que ellos no siguen, que a ellos beneficia, y que sí afectan a la masa a la cual supuestamente tendrían que servir.

Por otro lado, debemos de cuidarnos de visiones maniqueístas en torno al humano, las instituciones y los modelos explicativos, puesto que existen personas humanistas ubicadas dentro del esquema ensimismado-intrapersonal, en los modelos destructivos e irracionales, y asímismo, pueden manifestarse y actuar instituciones, organizaciones, conjuntos que trasciendan los elementos utilitarios y domésticos, y se enfoquen en procesos humanistas, interpersonales, sociales y trascendentes.

Sería muy fácil, sencillo, cómodo y conveniente quedarnos en el análisis simplista, mecanicista-economicista que pregona: “todos los pobres son buenos, y todos los ricos son malos”, pero no es epistemológicamente errado, ya que en las clases bajas encontramos fascismo, y a su vez podríamos encontrar en los estamentos poderosos, seres en búsqueda, en construcción, en propuesta, fomento y facilitación.

De los cuatro tipos de explicaciones, Doise refiere que no es la intención cambiar una dualidad (individual/social) por una cuatralidad (intraindividuo-interindividuo-grupal-ideológico), sino realizar una conjunción de enfoques que permitan complejizar y captar la pluralidad y multidimensionalidad de lo humano y sus problemáticas.

Dejando de lado algún tipo de criterio o expectativa o imperativo teórico, moral o existencial, Doise comenta que es epistemológicamente incorrecto y reductivo, ubicarse en una sola rejilla de análisis (uno de los cuatro niveles de explicación), puesto que neutralizará al resto de modalidades, restará, negará, ignorará o invisibilizará a las otras dimensiones constituyentes del ser, en su modelo monológico explicativo; refiere Doise:

Dicha autonomización de los niveles constituye un momento indispensable del trabajo en psicología social, pero no es más que un momento que debe insertarse en un trabajo complementario de articulación de los análisis efectuados. El actor social es a la vez integrador de informaciones según procesos definidos, participante en dinámicas interpersonales y posicionales, soporte activo de normas y de representaciones ideológicas.” (Doise, 1983, p. 673).

Bajo al enfoque del académico belga, el humano es atravesado por distintas facciones, por circunstancias internas, relacionales, comunales y culturales, por ello, es necesario fluctuar, utilizar los diversos enfoques para estar en condiciones de captar los ámbitos diversos de la persona.

Otro extremo de esa postura chauvinista monometodológica aparece en la situación en la que cierto tipo de psicólogos sociales niegan totalmente la presencia, uso o utilidad de las neurociencias, o de su representante en Psicología, la Psicología fisiológica. Situación de la cual incluso en ocasiones no escapan ni siquiera los psicólogos experimentales. Algo extraño, porque uno pensaría que ellos, en su anhelo de objetividad, atenderían la base anatómica del comportamiento, cosa que no es así. En ocasiones, los experimentales serían más matemáticos que en verdad pensadores de lo humano y contextual: gozosos de sus fórmulas y resultados, e indiferentes de su aplicación, o del sufrimiento humano.

Algo similar observamos en la postura de ciertos humanistas que niegan —al menos públicamente y desde su púlpito académico— al modelo biologicista, al esquema clínico y hospitalario, pero que ya en lo cotidiano no dudan en tomar productos alópatas o usar las instalaciones médicas.

Un ejemplo más, es del supuesto psicólogo social que en su afán de creatividad o enarbolando la bandera de lo cualitativo, cae en un egotismo en el que deja de lado los elementos teóricos, las revisiones bibliográficas, el respaldo conceptual y los antecedentes históricos, como si lo cualitativo fuera mero subjetivismo.

El cierre de Doise respecto a la cuestión de los alcances y posibilidades de los modelos de investigación será el siguiente:

“Ninguna teoría proporciona todos los instrumentos conceptuales y metodológicos que serían necesarios para la comprensión de lo real social en su complejidad.

Existen diferentes niveles de análisis, existen también muchas teorías parciales sobre uno u otro aspecto de la realidad social.

¿Es necesario entonces elegir entre la aplicación de un único modelo necesariamente limitado y la fusión cuasi-afectiva y fantasmática con el flujo de lo vivido? No lo creo, con la condición de que se den los medios para aprovechar más la variedad de los modelos ya elaborados por la psicología social; en otras palabras, que se proceda por articulaciones de niveles y tipos de análisis.

En ciencia no puede existir compromiso y sin embargo hay que tener en cuenta varias verdades a la vez, hay que practicar cierto pluralismo teórico. Al preconizar el eclecticismo, Potamón de Alejandría recomendaba tomar prestadas de diversos sistemas teóricos las mejores tesis cuando éstas podían conciliarse entre sí. Es un consejo que seguirá siendo válido mucho tiempo: ningún modelo teórico permite actualmente captar la articulación de lo individual y lo social en toda su complejidad. Hay que buscar los modelos que ya son compatibles entre sí; por otra parte, así se llega a menudo a especificar mejor las condiciones de aplicación de diferentes modelos.” (Doise, 1983, p. 681).

Expresa el académico que será necesario combinar los diversos enfoques, instrumentos y modelos psicológicos, en pos de contar en esa pluralidad teórica-metodológica con una mayor posibilidad de aprehender y comprender la complejidad de lo personal y de lo grupal.

La vieja recomendación presocrática de considerar lo fluctuante, de atender a lo cambiante, de ser dialéctico, interdisciplinario y transdisciplinario, se erige como aún pertinente en un esfuerzo genuino de cognición y aportación.

Tras la revisión de los antecedentes históricos y teóricos de los Niveles de explicación psicológica, procedemos a revisar los planteamientos de los demás autores.

Argumentación

Realizaremos una exposición y análisis de:

— La lógica,
— la dinámica,
— los problemas y
— las relaciones de las categorías de los autores revisados y listados previamente.

Lógica de explicación de los niveles

Moscovici

El psicólogo francés de origen rumano busca trascender las particiones individuo/sociedad, psicología/sociología, organismo/instituciones, personal/colectivo, y responder a la pregunta sobre el conflicto entre dichas dimensiones, considerando dicha actividad elucubrativa y ese objeto de estudio, como la razón de ser de la Psicología social.

Así, al atender al conflicto entre individuo y sociedad, al atender los fenómenos de la ideología y de la comunicación [2], el autor atenderá al Nivel IV y al Nivel II de las explicaciones en Psicología social.

Recordemos que según Doise, los cuatro acercamientos elucidativos son: Intraindividual, Interindividual, Intergrupal e Ideológico, siendo en ese orden:

— Intraindividual, Nivel I de explicación en Psicología social.
— Interindividual, Nivel II.
— Intergrupal, Nivel III.
— Ideológico, Nivel IV.

En ese sentido, lo que Moscovici examinará será lo ideológico y lo interindividual.

Parrilla

Se trata de una propuesta que realiza un cambio de perspectiva, en cuanto a la óptica común y predominante que interpreta al alumno, al profesor y al proceso escolar como elementos fijos, rígidos, en una dinámica vertical y monológica.

La de Parrilla es un tipo de propuesta educativa que busca cambiar los rubros de la responsabilidad de los implicados en el proceso enseñanza-aprendizaje. Un tópico primordial de su postulado será el de Inclusión. Coincidiendo con el planteamiento, Monzón acotará lo siguiente:

La escuela inclusiva supone pasar del modelo de la discapacidad y de las necesidades educativas especiales del alumnado al modelo de la responsabilidad del centro escolar (y de todo el equipo docente) en la supresión de las barreras del aprendizaje y la participación de todo el alumnado (AINSCOW, 2001). La escuela inclusiva no sólo acoge a todo el alumnado en su grupo de edad escolar, indistintamente de sus características, y facilita el acceso de todo el alumnado al currículum, sino que cuestiona el propio currículum, la organización del centro y la relación que tiene la escuela con su entorno. Supone entender la escuela como ente político emancipador que pretende la transformación de la propia escuela participando en la comunidad y en la reconstrucción de una sociedad más equitativa y justa.” (Monzón, 2011, pp. 111-112).

Según lo anterior, es un esfuerzo por descolocar a los implicados de sus roles previos, pasivos y rígidos, donde se buscará crear procesos y dinámicas transformadoras y humanistas. Busca apoyar, y apoyar específicamente a la diversidad, es decir, a las singularidades que se manifiestan en las personas, ajenas a los rangos homogéneos de valoración y educación.

Esta propuesta, si bien parte del y para el ámbito educativo, epistemológicamente aparece como un esquema complejo, multidimensional, que abarca básicamente a los cuatro niveles de explicación de Doise. Una idea multidimensional y pluriperspectual que reconoce los cuatro ámbitos de interacción, contacto, influencia y desarrollo de la persona.

López y Millán

Las autoras se enfocarán en una categoría principal, la comunicación, retomando los elementos propuestos por Doise con relación al propósito de examinar la realidad, ya no desde una u otra polaridad de lo micro o macro, sino atendiendo tanto a lo individual como lo grupal.

Al ser congruentes con su deseo de superar las posiciones monistas en psicología social, las autoras retoman la visión complejizante de Doise, la misma que supera el monismo de las explicaciones previas, al conjuntar en un solo modelo las cuatro dimensiones principales de interacción de lo humano: Intraindividual, Interindividual, Intergrupal e Ideológica.

Dinámica de los Niveles de Explicación

Moscovici

En su análisis de lo ideológico y lo interpersonal, en el Nivel IV y Nivel II, el pensador considera sistemas de representaciones y actitudes, fenómenos familiares de prejuicios sociales o raciales, estereotipos, creencias, y en suma, esquemas de comportamiento y expresión de individuos y grupos, elementos en parte materiales y en parte inmateriales que conforman la realidad social [3].

En lo que respecta a su revisión sobre el fenómeno de la comunicación, Nivel II y III, este autor considera los: “Intercambios de mensajes lingüísticos y no lingüísticos (imágenes, gestos, etc.) entre individuos y grupos. Medios empleados para transmitir una información determinada e influir en los demás.” (Moscovici, 1985). En su propuesta, el rumano considera tanto fenómenos de comunicación de masas de influencia colectiva como procesos de significación; un acercamiento teórico que conjuga y examina relaciones entre individuos, entre individuos y grupos, y entre grupos.

Si bien esta aparece como una postura congruente con el acercamiento multifocal de Doise, deja sin analizar la dimensión intraindividual, la misma que se implicará negativamente en el resto de niveles.

Recordemos: es un ámbito que tendrá tal intensidad, influencia y poder, que afectará tan negativamente al humano y sus construcciones, que es necesario atenderla, no descuidarla, tratarla y enfrentarla. De lo contrario, las posturas teóricas se quedarán en el academicismo, y no atacarán aquello que es grave, que debilita y destruye, y que deviene del rango restrictivo alienante de lo intrapsíquico-intrapersonal. Pensemos cuantas implicaciones y repercusiones negativas puede tener en los ámbitos laborales, académicos y de salud, fenómenos tales como los del enamoramiento, el duelo o el divorcio; elementos que aunque sean del ámbito de la subjetividad, pueden influir positiva o negativamente en el resto de ámbitos del ser y la comunidad.

Ésta es también una función de la reflexión: comparar y complementar, subsanar y proponer, del pensar al hacer, de la ausencia o déficit al acto y compromiso: preocupación y ocupación.

Parrilla

En esta propuesta educativa, compuesta por cuatro tipos de apoyos (terapéutico, colaborativo, consulta y curricular), también podemos apreciar los cuatro principales niveles explicativos en Psicología social:

En el Apoyo terapéutico se manifiesta lo individual, al tratarse de un apoyo centrado en el niño, guiado y dirigido por especialistas y basado en las dificultades particulares del infante.

En el Apoyo colaborativo se aprecia un proceso interindividual e intergrupal, donde existe una colaboración entre profesionales; es una dinámica centrada en los profesionales.

El Apoyo consulta es un modelo intergrupal, dado que la atención se centra en la escuela: su estructura, valores, contenidos y metodologías.

Finalmente, el Apoyo curricular se encontrará en el Nivel ideológico, puesto que atenderá y prestará apoyo a la comunidad, la interescuela, la familia, los profesores, el aula y los alumnos.

López y Millán

Estas académicas analizan la categoría comunicación en la cotidianeidad, entendiéndola como un elemento fundamental de la interacción. Su primer concepto principal será la realidad social, entendida como el sentido manejado y producido en una interacción. El segundo y tercer concepto serán construcción y reconstrucción, referidas por el proceso de creación y modificación de las interpretaciones humanas.

Así, en esta postura también se manifiestan y retoman los cuatro niveles (Intraindividual, Interindividual, Intergrupal e Ideológico). Según las autoras:

Bajo este aporte heurístico se analiza la comunicación y eso nos permite considerar cómo este proceso pasa por el individuo, es producto de los intercambios sociales individuo-individuo, así como de los intercambios grupales y colectivos” (López & Millán, 2006, p. 334).

Entonces, la comunicación es un acto humano complejo y dinámico que atraviesa los cuatro niveles de explicación que se atienden, estudian y proponen en la Psicología social, esto, bajo la perspectiva de Doise. Y los atraviesa porque el humano devendrá en distintos roles de productor, actor y espectador de los procesos e interacciones sociales.

Planteamiento de problemas desde las corrientes de Psicología social

Moscovici

Según el francés, la psicología social se encuentra en una situación de confluencia con otras disciplinas, tales como la antropología o con otras ramas de la psicología (como la psicología clínica o la infantil), esto debido al interés de todas ellas por las interacciones humanas o los grupos humanos, y debido a que manejan categorías similares, por ejemplo la representación, influencia y aprendizaje [4].

Sin embargo, el punto de singularidad de la psicosociología con otras disciplinas, no es tanto el objeto de estudio sino el enfoque, la perspectiva de análisis, el modelo explicativo.

Según el autor, esta perspectiva consiste en un proceso donde se trasciende el lenguaje y enfoque binario del psicólogo ordinario (sujeto/objeto), o terciario del psicólogo social ordinario (sujeto individual/sujeto social/objeto). Moscovici comenta que este error, este reduccionismo analítico también se encuentra en otras disciplinas, tales como la Sociología, donde esa dualidad se expresa en el esquema sujeto/colectividad. Aunque claro, este dogmatismo bi-manifiesto podemos encontrarlo en muchas otras divisiones y licenciaturas, por ejemplo la Medicina: persona/enfermedad, salud/enfermedad.

Uno de los elementos fundamentales en la propuesta de Moscovici aparece en la dinámica relacional, el considerar a los elementos del fenómeno analizado, no como objetos inertes y pasivos, sino como factores dinámicos, cambiantes y mutuamente relacionados. Una dinámica de interacción donde se afecta, se modifica, se suma o se resta el pensamiento y el comportamiento del individuo. De acuerdo con el autor, en los fenómenos de facilitación e influencia social se aprecia tal dinámica, factor y potencialización:

La presencia de un grupo o de un individuo, o la acción de una autoridad o institución, influyen en la aprehensión conceptual, positiva y negativa, y en la actuación (también positiva y negativa) de una persona.

Será pues fundamental la relación con los demás, la mediación y mutua transformación; la interacción como lo primordial a entender, atender y considerar en un enfoque verdaderamente psicosocial.

En este proceso, tendremos que ser un ojo observante, pensante, sintiente, evocante, nostálgico, emocional, analítico y escrupuloso; estudiosos flexibles en una labor complejizante y profundizante, ante un objeto de estudio dinámico y mutable [5].

Esa es la apuesta, y si no es plausible, al menos es lo ideal, lo utópico.

Parrilla

Desde el enfoque de esta pensadora española, el esquema terapéutico tiene como deficiencias centrarse en situaciones que son atribuidas al niño, haciendo un proceso de exclusión que mantiene las divisiones entre “normalidad” y “enfermedad”.

En el Apoyo colaborativo, la atención, al centrarse en el especialista, deja de lado las problemáticas y singularidades de la persona-alumno.

El Apoyo consulta manifiesta el problema de que tanto la escuela como el profesor mantendrán roles pasivos, siendo el experto quien dominará.

En el Apoyo curricular, se procurará una modalidad dinámica en el proceso enseñanza-aprendizaje, siendo los profesionales responsables y cambiantes ante las circunstancias y problemáticas.

Por cierto, respecto al Apoyo terapéutico, recordemos que esa es precisamente la postura de la antipsiquiatría; Foucault en su Historia de la locura en la época clásica también retomará esa postura, enunciando qué:

“No pocas figuras de la retórica moral son ilustradas, de manera muy directa, entre las imágenes cósmicas de la locura: no olvidemos el famoso médico del Bosco, más loco aún que aquel a quien pretende curar:

Toda su falsa ciencia no ha hecho apenas otra cosa que acumular sobre él las peores manías de una locura que todos pueden ver, salvo él mismo” (Foucault, 2012, pp. 47-48).

Así, las instituciones utilizan a los profesionales de la Educación o de la Salud, para patologizar, para excluir, negar, reprimir, recondicionar o aislar a los seres incómodos para el sistema, a los que contrastan y se contraponen al poder.

Y de hecho, éste sería uno los peores roles pasivos/no-pensantes de los psicólogos: ser “sujetos de conocimiento” que usan su disciplina para culturizar y adoctrinar a la persona. Ridículos al no percatarse de sus taras, deficiencias, dogmatismos y limitaciones. Triste y peligrosísimo papel que juegan, al prestarse a la laceración, al enmascarar el totalitarismo como cognición.

López y Millán

Bajo esta perspectiva, en lo intraindividual no hay interacción entre las personas, sino solamente un trabajo cognitivo que facilita la construcción de imágenes de la realidad. (López & Millán, 2006). Hay información, entendida como procesamiento, que en un proceso ulterior permitirá la transmisión de esas ideas y signos, y eso ya será comunicación. Pero claro, para eso se necesita esencial e indispensablemente a la otredad.

La siguiente dimensión, lo Interindividual, que se da cuando la persona —cuando el individuo— se relaciona, reconoce e identifica, cara a cara con el otro [6]. En ese acercamiento, apertura y contacto interpersonal se intercambian perspectivas, se crean consensos, se focalizan esfuerzos y se desarrollan ideas. Sea para bien o para mal, justificada o injustificadamente, sobre instancias constructivas o destructivas, inexorablemente el otro influye, cuestiona, coincide o disiente con la persona.

Sobre lo Intergrupal, se explicará qué:

El grupo es creador de un universo de significaciones y estructuras de relaciones, defina una forma de organización orientada a un fin y su regulación se funda en un sistema de estatus y roles. Quien pertenece a un grupo “comparte sus pertenencias a categorías sociales con ciertos individuos y se distingue de otros por esas mismas pertenencias” (Doise, 1991: 306).” (López & Millán, 2006, p. 343).

Bajo esta perspectiva, desde la comunicación se realizará el proceso de compartir y distinguir ideas y reconocimientos entre los diferentes grupos, lo que a su vez marcará y delimitará las acciones y posiciones de tales agrupaciones, en el interior del mismo, con relaciones a otros gremios, y en su contacto con el ambiente.

Lo Ideológico tendrá un sentido bastante preciso —que no será el del Materialismo histórico en el sentido de proceso alienante—, sino que se definirá en un primer acercamiento como las cogniciones y representaciones sociales. Una definición más amplia rezará lo siguiente:

Este nivel ideológico se consolida por los juicios de valor y sistemas establecidos donde se arraiga un sistema de creencias, estereotipos, normas, valores, ideologías. Es a través de este nivel donde se explican los sistemas de representación social que las personas, pertenecientes a diferentes grupos, construyen y reconstruyen sobre diferentes objetos sociales sobre los cuales existe una polémica, un punto de discusión y una diferente forma de pensar. Ese sistema de representaciones sociales está vinculado con las manifestaciones cotidianas de la cultura” (López & Millán, 2006, p. 345).

Dicho en otras palabras, la ideología es la cosmovisión de una comunidad; un modo de encarar al mundo y sus vicisitudes, y serán las instituciones las encargadas de transmitir tales visiones del mundo, entre otros medios, con la comunicación.

Pero si bien es cierto que el proceso comunicacional posee elementos o potenciales o usos positivos en su rol de conformador o posibilitador de los procesos sociales, también es necesario reconocerle su potencial y de hecho habitual uso negativo-destructivo, como transporte, agente y herramienta de control al servicio del poder.

Relación de los niveles de explicación con la cultura, la realidad y los problemas sociales

Procedemos a contrastar el punto y modo de encuentro del esquema explicativo analizado, con situaciones contextuales.

Moscovici

En la relación del modelo de este autor, con la investigación, práctica y docencia en Psicología social, enuncia que existen dos situaciones principales a evitar: el bifurcacionismo (consideración de dos únicos ámbitos objetivo/subjetivo), y el aislacionismo (actividades ajenas a un entorno, precedentes, intenciones y propósitos). Concluirá que la esencia epistemológica de la Psicología social será cuestionar la separación entre lo individual y lo colectivo; en contestar la partición entre lo psíquico y lo social, en los campos esenciales de la vida humana [7].

Reflexionando:

El límite o deficiencia de este autor, su falta, el hueco en su pensamiento, al no analizar la situación en la que enérgicamente se impide la solidaridad de lo “individual” y de lo “colectivo”.

Bien, está la propuesta epistemológica, ¿pero dónde queda el resto del análisis, dónde se examina ese problema vital, esa situación contextual en que se impide lo relacional, donde se coarta lo dinámico y multidimensional?

Consideramos que este texto es bienintencionado, pero Moscovici, director del laboratorio europeo de Psicología social, no vio, no estudió, no comprendió ni mencionó fenómenos que se encontraban fuera de su área de interés y existencia. Él podía darse ese lujo, nosotros, habitantes de una neocolonia tercermundista, no.

Él podía ignorar algo que no le afectaba. Que no conocía. Nosotros no podemos dejar de preocuparnos, estudiar e intentar vías alternas a un mundo, una academia, una colonia, gobierno, familia, delegación, pareja y existencia que se hayan retrotraídas a lo intra, a lo aislado, a lo abstraído y separado.

Moscovici no lo relaciona, no examina la relación de los niveles con el entorno, con nuestro entorno y con nuestras problemáticas, con este trozo de mundo nuestro que nunca fue totalmente moderno ni occidental.

Nos corresponde a nosotros explicar y comprender por qué lo intra infectó e infecta. Y si ya se resolvió el por qué, queda el para qué, para quién, y de ahí el cómo desfasar esa vía abstrayente, bifurcante y corroyente.

Moscovici no lo explica, nos toca preocuparnos y ocuparnos de esa división escolar y social vitalmente mortal.

Parrilla

El Apoyo terapéutico se manifiesta como un Modelo que fomenta la creación de entornos protegidos, manteniendo los procesos y estructuras de indefensión en los alumnos, los mismos que serán segregados en las aulas de apoyo o en las ordinarias; es decir, segregará y rechazará, patologizará y reprimirá.

El Apoyo colaborativo no cambia la globalidad de la escuela con sus prácticas rígidas y sectaristas.

En la consulta no existe responsabilidad por parte del docente y la institución en torno a las problemáticas de separación del alumno.

En lo curricular se pretende cambiar a la escuela, no al alumno, pero aquí aparece una problemática, dado que se hace necesario responsabilizar también a la persona de su aprendizaje y educación.

López y Millán

En lo Intraindividual, las profesoras recordarán que si bien ellas obran a nivel de lo psicológico, es necesario no olvidar los esfuerzos y teorías de la vertiente experimental, que permiten comprender los procesos humanos desde una óptica fisicalista, dimensión que es un elemento importante en el desarrollo evolutivo cognitivo y social de lo humano. Según las pensadoras, y con relación a lo Interindividual:

Las interacciones interindividuales generan una red de comunicaciones donde se crean conflictos y tensiones entre los individuos, afinidades y pertenencias, determinación de estilos de vida y socialización de principios de organización social” (López & Millán, 2006, p. 342).

Así, el espectro de tipos de influencia que generará lo Relacional, lo Intersubjetivo, lo Interindividual, será de distinto matiz, uso, trasfondo e identidad. Y amén de ello, también influye en nosotros lo paralingüístico, el metalenguaje, la comunicación no verbal (movimientos corporales, gestos, tonos de voz), que en muchas ocasiones serán más importantes en la comunicación que lo verbal.

Sobre lo Intergrupal, López y Millán enunciarán que los grupos comunican sus normas y valores, interpretaciones y estilos de vida, conceptualizaciones que no necesariamente serán aceptadas y bien recibidas por todos los implicados. Es decir, los diferentes intereses llevarán a la persona a enfocarse, ingresar, salir, aspirar o huir de tal o cual grupo orientado a tal o cual enfoque, en pos de cierto interés, acto elegido que bien puede excluir o autoexcluir a la misma persona o al otro. El grupo puede ofrecer identidad y significación, pero también lo puede trastocar o anular. La influencia o dirección del grupo puede fluctuar entre cooperación/competencia, consenso/disenso, exclusión/inclusión, tolerancia/inflexibilidad, conflicto/negociación. Aspectos constructivos o destructivos que pueden manifestarse en la dinámica del ser con la agrupación.

En cuanto a lo Ideológico, de él emanarán los elementos axiológicos que enfocarán la visión de la comunidad sobre aborto, pena de muerte, eutanasia, sexualidad y educación. En suma, la ideología otorgará sentido a los elementos más vitales de la cultura, y su trato por los habitantes de la comunidad.

Toca lo vital, tanto para potenciarlo como para restringirlo, por eso es tan importante examinar esos criterios perspectuales universales, y los posibles y negativos trasfondos que camarillas fundamentalistas hagan de ellos.

Conclusiones

Dividiremos nuestro cierre en tres fracciones: Contrastación a los paradigmas, Críticas a las argumentaciones de López y Millán, y Cierre y crítica desde el enfoque colectivo.

1. Contrastación a los paradigmas

En cuanto a la psicología de los grupos, es necesario problematizar las categorías y conceptos planteados, dado que no existen netos procesos de bidireccionalidad, confluencia y relacionalidad entre los implicados.

Supuestamente hay una inseparabilidad entre el individuo y el grupo, pero esos son niveles previos e impuestos, no creados ni elegidos.

De inicio, no hay individuos en el sentido de genuinidades, particularidades o unicidades; lo que predominan son los arquetipos occidentales u occidentalizados y las entidades estereotipadas.

No somos individuos, somos pseudo-individuos, seres hechos en serie, hombres y mujeres estereotipados bajo un arquetipo unidimensional.

No hay verdadera interrelación, conjugación y compenetración entre el individuo y el grupo: existen factores supra-individuales y meta-comunitarios que moldean y focalizan a uno y otro.

No se responde ni al interés por el saber, ni a la conveniencia del ser, tampoco de lo colectivo, ni siquiera del Estado, sino de la élite económica: la corporativocracia [8].

La Psicología es técnica, el psicólogo es un duplicador, el aprendizaje es implantación, y la comunicación es estereotipación.

— A nivel intraindividual, no hay contacto, autocreación y autodescubrimiento del ser consigo.
— En lo interindividual, predominan los roles previos y ajenos a los sujetos.
— En lo grupal, preceden los paradigmas utilitarios, hegemónicos e introyectados masivamente.
— Y en lo intergrupal (o como dicen ellos, lo ideológico), se observa mundialmente una estructuración que ya trasciende límites geográficos, legales y culturales. Sin importar idioma, latitud o moneda, es la razón instrumental la que permea y domina: hay una dominación omnipresente de amplio espectro.

La Psicología entra dentro de las Mentiras Colectivas:

Hay poder, facciones, proyectos y violencia detrás del Estado.

El Estado es hueco. Tras él hay intereses meta-legales y supra-constitucionales que cosifican al ser y a la comunidad. Capital y violencia, irracionalidad detrás de lo legal.

Eso es evidente, palpable, denunciado desde otros enfoques, pero en el ámbito académico, en la psicología, NADA.

No lo acepta, no lo expone, no lo reconoce.

¿Por qué?

Simplemente porque la academia en general y la Psicología en particular sólo son herramientas, perritos falderos que hacen ciertas gracias, cumplen ciertas funciones, pero jamás afectarán lo que el amo cuida y procura. Ante él siempre se doblegará: meterá la cabeza en la tierra o se irá a su rincón, a roer su hueso o a esconderse con la cola entre las patas.

2. Argumentaciones críticas, primordialmente tomando como base la secuencia argumentativa de López y Millán

En sentido estricto: ni comunicamos, ni creamos.

Tampoco reconstruimos, puesto que los elementos más fundamentales e importantes de esta sociedad, son predeterminados. ¿Por quién? Primordialmente por el estamento neocolonialista.

En estas condiciones, la persona puede ser participe, herramienta, cómplice y co-responsable, pero no verdadero proyectador y constructor.

Ésta, la nuestra, no es una realidad común, es secuenciada, seccionada, repartida, predeterminada y distribuida entre el capital.

Lo que las autoras llaman representaciones, en otra lógica de pensamiento serían programaciones, implantaciones, introyecciones en el peor sentido de la palabra.

En lo lingüístico, amén de la transmisión falaz y vacua usual entre individuos y grupos, lo que predomina es la comunicación unidireccional entre el poder y los individuos, o entre el poder y los grupos.

Representaciones y pensamientos sociales se fundamentan en la cultura, ¿y la cultura en qué? En el utilitarismo de las élites económicas; la cultura como el zeitgeist necesario a sus proyectos, deseos y ambiciones.

En cuanto al esquema de Doise, es un avance que se considere, que refiera lo interindividual y lo grupal, pero: ¿y el resto de elementos que componen lo humano? ¿Cuándo?

¿Y las facciones transnacionales que corrompen la cultura y que entrenan lo somatosensorial y lo pre-frontal? ¿Cuándo?

¿No le importa lo que pase en Alemania, fuera de sus muros universitarios?

¿En Bélgica habrá explotación?

¿Las cosas graves de su país, no le interesan? [9]

El método del análisis experimental supuestamente informa sobre el funcionamiento de las relaciones entre individuos y grupos, pero: ¿en verdad comprende al individuo y conoce a los grupos implicados y que conforman esta sociedad?

Maneja como elementos primarios los signos y señales, y como algo posterior y más evolucionado el habla y el lenguaje. Explicativamente, esto es cuestionable. De hecho, son diferentes procesos corticales. Desde la perspectiva de la psicología fisiológica:

— En la captación y significación de las señales se utiliza la Corteza Visual Primaria y Asociativa, y la Corteza Motriz Primaria y Asociativa, y claro, el Lóbulo Pre-Frontal.
— En el habla y el lenguaje intervienen el Área de Broca, el Área de Wernicke, la Corteza Motriz Asociativa, y nuevamente el Lóbulo Pre-Frontal.

¿Dicen las autoras que del lenguaje devienen las abstracciones, análisis, síntesis y conjeturas?: NO.

Esa es otra función.

Esa capacidad o posibilidad existe gracias a la correcta estructuración y funcionamiento del Lóbulo Pre-Frontal; de hecho, es sólo gracias a la segunda circunvolución del lóbulo pre-frontal que podemos tener momentos de humanidad, de superar por lo menos por instantes la visceralidad, la inmediatez, el salvajismo y el egoísmo.

En cuanto a los procesos de interacción…

Las relaciones serán de intercambio, construcción y complementación, sólo, únicamente cuando en verdad sean intersubjetivas, que es lo inusual, que es lo que se evita.

En lo usual, serán procesos arquetípicos, fijos, egotistas y utilitarios.

Cuando la persona es influida negativamente o insustentadamente o injustamente por otra, lo que se denota es una deliberada falta de desarrollo cognitivo del ser.

Si en las interacciones interindividuales hay conflictos, es producto y causa de las problemáticas y distensiones sociales.

La conversación no es el agente más poderoso de imitación o propagación de ideas o actos, es sólo uno, otro —y también bastante usual y efectivo— es la coerción y violencia física.

Los grupos no sólo comunican ideas o estilos de vida, también manifiestan y sirven a luchas de poder e intereses generalmente viscerales, implantados e inicuos.

Un grupo no sólo puede excluir o excluirse, también puede violentar y destruir y torturar y matar. Lo irracional del ser, lo irracional de una entidad.

La ideología es cultura, pero: ¿de toda la comunidad?

Obviamente No. Sólo de la elite, de los conquistadores:

La cultura entendida como construcciones simbólicas que sirven al fin de la minoría económicamente poderosa, en detrimento de la vida, integridad, salud y felicidad de las masas asalariadas, explotadas y embrutecidas.

Detrás de la cultura están las instituciones, y detrás de ellas, el capital.

La cultura no acuerda, legitima o legaliza; sólo ciertos sectores deciden, controlan y disponen: una cierta cultura para el poder, otra cultura para las masas.

La comunicación —como todo instrumento—, puede tener diversos usos y facetas, uno utópico es el positivo y deseable, lo usual, lo que existe y predomina es lo negativo, lo alienante [10].

3. Cierre y crítica desde el enfoque de la Psicología colectiva

La problemática principal es la noción o ilusión o introyección de “el individuo”.

Una noción engañosa, dañina, destructora:

El anzuelo “individuo” lleva en las secuencias implantadas de control al individualismo, y él, al solipsismo: a una situación egotista donde la persona se desentiende y se coloca de un modo cómodamente insensible ante el sentir y necesidades del que está delante, al lado, y detrás de él.

No considera otros ámbitos de construcción de la realidad (lo interpersonal, lo grupal, lo intergrupal y lo cultural). La persona, en conjunción con el otro, con la comunidad y el entorno, podrían crear lo cultural (lo ideológico), pero no lo hacen, sólo perpetúan el esquema previo y hegemónico desde su abstracción y abstención. ¿Por qué?

Nuevamente todo es monstruosamente sencillo:

La “individualidad” es conveniente para el neocolonialista, porque implica la separatividad y división de la masa y del lugar que explotará; fórmula elemental, resultado comprobado: unidos, nos fortalecemos; desunidos, caemos.

Parcelando el saber, las disciplinas, los géneros y las comunidades, se promueve la división, la sospecha, la competitividad, la carrera de ratas por obtener los elementos que el poder utiliza para obtener nuestro silencio, conveniencia, complicidad o indiferencia: pequeñas probadas, migajas, probaditas de: reconocimiento, posesiones y mando. Estímulos, códigos y sentidos que afectan y movilizan a letrados e iletrados, hombres y mujeres, jóvenes y viejos.

Por ello, se ha creado, se implementa, proyecta e introyecta la idea, la creencia, el proyecto del ser sin identidad con la comunidad, identificado la realización de la persona con logros excluyentes del otro y del entorno natural y social.

Si, existe la posibilidad de re-escribir la historia, de reconfigurar la realidad, al conjugar los niveles de percepción-explicación-construcción, y trascender el solipsismo:

De esa manera se supera —o se superaría— el ensimismamiento existencial, se trascendería el solipsismo, la razón instrumental, el enfoque utilitario y el egotismo inoculados por el imperialismo.

Si en verdad somos Ciencias sociales y Humanidades tendremos que trabajar en pos de la conjugación de los niveles relacionales-explicativos-fácticos.

Ésta, es otra red, es un enfoque complementario a nivel epistemológico, ontológico y existencial, una propuesta alterna como el enfoque transpersonal, el psicoanalítico o el biológico.

El individualismo —cotidiano y académico—, busca el solipsismo para un aislacionismo, para disgregar y debilitar al ser y a la comunidad, dejando a una persona y a un grupo dividido, a un profesor y a un alumno indiferentes y aptos para la violentación y el poder de la élite.

La identidad, el individuo, el individualismo (nuestra identificación con carrera, sexo, nación, elección sexual, religiosa o cualquier otra sub-aglomeración excluyente) nos separa, nos aísla, estamentiza, justifica niveles y tipos de “unicidades”, tipos y clases de “individuos”.

Buscar distancia del otro, es malo, negativo en sentido epistemológico, existencial y ético: nos des-humaniza, deja abierta la puerta para la objetivación y cosificación del ser.

No hay ni puede haber mundo común ni conciencia social, ni enfoques colectivos ni procesos relacionales, en un mundo disgregado.

En ese mundo, nuestra disciplina no es ciencia ni mucho menos colectiva, es una herramienta violentadora y disgregadora. Es un instrumento cómodo, falso e irresponsable.

Lo colectivo busca, intenta, promueve aspectos relacionantes e implicantes.

El problema es centrarse, rigidizarse y unidimensionarse, dejarse absorber por las máximas de una maquinaria desquiciante, alienante e insensibilizante. Donde lo que queda es despojo, mentiras y dolor, llanto para la mayoría, regocijo para la élite; dolor y llanto desde la gestación y en ocasiones, hasta la exhumación.

Una última nota:

Otra herramienta-opción-posibilidad en cuanto al estudio y trabajo con el ser, el saber y la comunidad sería la planteada por el enfoque reichiano, la cuarta etapa del pensamiento de Wilhelm Reich, la Psicología política o Economía sexual o freudo-marxismo o el ala izquierda del Psicoanálisis, una postura realizada entre 1927 y 1936, en la que Reich realiza un proceso interdisciplinario, transdisciplinario e interárea para comprender y explicar de una manera más profunda y abarcativa al ser y a las problemáticas humanas.

Éste es un enfoque que trasciende los límites materialistas-economicistas de Marx, y supera los márgenes intrapsíquicos e inductivistas afectivistas y sexualistas de Freud, en una postura que bien podría considerarse como multidimensional, pluriexplicativa, donde aparece la cuatripartición (en sentido positivo), que articula diferentes tipos de análisis.

La Psicología política de Reich podría considerarse una propuesta teórica que abarca los cuatro niveles de Doise:

— Intraindividual, porque atiende los elementos de sensación, percepción, aprendizaje y desarrollo.
— Interindividual, porque enuncia lo ineludible e indispensable de la organización comunal para el crecimiento y trascendencia del ser y de lo colectivo, como la única posibilidad real de lucha y éxito en la búsqueda revolucionaria y socialista.
— Grupal, porque analiza la disposición y objetivos de los estamentos, de las segregaciones, y divisiones raciales y comunales.
— Ideológico, porque examina y critica el uso de las instituciones y cosmovisiones de la modernidad y de los entornos occidentales y occidentalizados, mismas que influyen en sentido coercitivo-instrumental en la población, deformando, reduciendo y restringiendo sus sentidos, su percepción, y con ello, la memoria, el aprendizaje, cognición y actuación de los seres contemporáneos. Éstos, a su vez serán los deformadores, instrumentos estupidizadores de las siguientes y subsecuentes generaciones. Triste círculo vicioso: ellos que están deformando a los nuevos, a su vez fueron cosificados por las generaciones previas [11] [12].

Así, hay opciones, vemos posibilidades, tenemos aún esa remota y exangüe esperanza de que es necesario entender, levantarse y enfrentar a los ruines fundamentalistas. Es obsceno y antinatural pensar que ya no hay esperanza, que ellos ganaron, y que viejos y jóvenes, cultos e incultos se volvieron cómodos, partícipes e insensibles. Estar vivo y ser un sumiso-pasivo-indiferente es una contradicción no solo biológica, sino existencial, diría el compañero Salvador Allende, otro caído, otro abatido, otro estepario.

Notas

1. Claro, se refiere a las psicologías alemanas/ochenteras, pero dejemos de lado ese pequeño aspecto eurocentrista de nuestro dialogante.
2. Cfr. Moscovici, El campo de la Psicología social, p 2.
3. Cfr. Moscovici, El campo de la Psicología social, p 2.
4. Cfr. Moscovici, El campo de la Psicología social, p 3.
5. Cfr. Moscovici, El campo de la Psicología social, p 7.
6. Lo que en otros contextos será denominado lo intersubjetivo: encontrarse, crearse, descubrirse y desarrollarse, desde, con y a través del otro, la otredad.
7. Cfr. Moscovici, El campo de la Psicología social, p 9.
8. Para una revisión de la noción de Neocolonialismo o Corporativocracia, revísese:
http://www.razonypalabra.org.mx/N/N83/V83/26_Granados_V83.pdf Versión electrónica de la Revista Razón y Palabra. Primera revista digital en Iberoamérica especializada en comunicología. En ella aparece el artículo “Ciencia, Ficción y Realidad.” Se trata de una reflexión que propone la cuestión de lo Interárea; interpreta la realidad mexicana bajo la categoría Neocolonia; explica los principales vicios del sistema educativo mexicano; y enuncia el rol negativo que juegan los diversos profesionales aliados al capital. Revisada el 25 de septiembre del 2016.
9. Y parece que las hay, eso, si le creemos a la siguiente fuente: http://www.humanium.org/es/belgica/ Que refiere que en Bélgica, pese a su supuesta riqueza y cultura, existen pobreza, discriminación ante la incapacidad, maltrato y violencia infantil (con su respectiva dosis de abuso sexual), e injusticia legal para menores.
10. Podría parecer que este enfoque sería mecanicista, simplistamente materialista, pero consideramos que aquí se manifiesta el Nivel IV, dado que se contrasta el uso difundido, mercadológico, institucional de una categoría y proceso (el diálogo, lo verbal, la comunicación) que “legitima los valores y necesidades de la sociedad”.
11. Cfr. Reich, Psicología de masas del fascismo, p. 104.
12. Para una revisión de las principales categorías de la Psicología Política de Wilhelm Reich, ver: http://www.eepsys.com/es/nociones-de-psicologia-politica-de-wilhelm-reich/ Página de la revista digital epsys. revista de psicología y humanidades, donde se encuentra éste artículo que desarrolla una reflexión en torno a la imposibilidad del concepto individuo, en las condiciones impuestas en las neocolonias por los neocolonialistas, esto, desde el pensamiento de Wilhelm Reich, retomando su fase de Psicología política. Revisada el 25 de septiembre del 2016. Véase también: Granados, E. (2016). Fundamentos de Psicología Política de Wilhelm Reich. México: Universidad Nacional Autónoma de México. FES Zaragoza. Puede revisarse la versión electrónica en: http://condor.zaragoza.unam.mx/fesz_website_2011/wp-content/publicaciones/libros/FundamentosPsicologiaPolitica.pdf

Referencias bibliográficas

DOISE, W. (1983). “Tensiones y explicaciones en Psicología social experimental”. En Revista Mexicana de Sociología. México: UNAM.
FOUCAULT, M. (2012). Historia de la Locura en la Época Clásica. México: Fondo de Cultura Económica.
GRANADOS, E. (2012). “Nociones de psicología política de Wilhelm Reich”. En epsys. Revista de Psicología y Humanidades. Recuperado de http://www.eepsys.com/es/nociones-de-psicologia-politica-de-wilhelm-reich/
GRANADOS, E. (2013). “Ciencia, ficción y realidad”. Revista Razón y Palabra. Primera Revista Digital en Iberoamérica Especializada en Comunicología. Recuperado de http://www.razonypalabra.org.mx/N/N83/V83/26_Granados_V83.pdf
GRANADOS, E. (2016). Fundamentos de Psicología Política de Wilhelm Reich. México: Universidad Nacional Autónoma de México. FES Zaragoza. Recuperado de http://condor.zaragoza.unam.mx/fesz_website_2011/wp-content/publicaciones/libros/FundamentosPsicologiaPolitica.pdf
HUMANIUM. (2013). Niños de Bélgica. Descubriendo los derechos infantiles en Bélgica.
HUMANIUM. Juntos por los derechos del niño. Recuperado de http://www.humanium.org/es/belgica/
MONZÓN, J. (2011). “Asesoramiento hacia la escuela inclusiva y formación en centros”. Revista Interuniversitaria de Formación de Profesorado, vol. 25, núm. 1, abril, 2011. España: Universidad de Zaragoza.
MOSCOVICI, S. (1985). «El campo de la Psicología social». En Psicología social. España: Editorial Paidós.
PARAMO, T. (2006). “Comunicamos una realidad social: Participamos en su construcción y reconstrucción”. López y Millán, en Sociedad y Comunicación. México: Plaza y Valdés.
PARRILLA, A. (1999). «Apoyo Interno: Modelos y funciones». En: Apoyo a la Escuela. España: Ediciones Mensajero.
REICH, W. (1980). Psicología de masas del fascismo. España: Bruguera.