Mariana Amparo Doria Molano
Psicóloga en formación de décimo semestre de la Fundación Universitaria los Libertadores y pasante del grupo de investigación Psicosis y Psicoanálisis de la ciudad de Bogota |Colombia *
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Resumen
El artículo quiere exponer cómo una práctica psicológica puede ser realizada bajo algunos conceptos psicoanalíticos de la teoría de Freud, enfocándolo al tiempo actual y cómo puede tener cabida en los diferentes campos en los que se pueden movilizar los psicólogos con el solo hecho de centrarnos en la persona. Se refieren algunos casos en relación a una experiencia de práctica profesional, estando basada en la escucha, en la cual se observan diferentes conceptos en esta teoría, permitiendo mostrar que luego de mucho tiempo son situaciones logran ser identificados por el discurso, en un inicio fueron planteados por Freud; centrado en un proceso de escucha en la cual se creen transformaciones más allá de lo que la persona verbalice, ya que cuando habla, sustrae algo de la verdad del sujeto y aparece en su relato de manera inesperada para él, incluyendo los conceptos primarios propuestos por Freud como la represión, proyección, identificación, negación, transferencia, contratransferencia, condensación, desplazamiento, entre otros.
Palabras clave: práctica psicológica, escucha, sujeto, psicoanálisis.
Abstract
The article wants to explain how a psychological practice can be carried out under some psychoanalytic concepts of Freud’s theory, by working in actuall times, and as it can have in the different fields in which we can mobilize as psychologists just to focus on the person. Some cases relate to an experience of professional practice, being based on listening, in which different concepts are observed in this theory, which allows us to show that after a long time are situations can be identified by the discours, such as at first were raised by Freud; focused on a listening process in which transformations are created beyond what the person verbalize, because when he speaks, he subtracts some of the truth to the subject and appears in his story unexpectedly for him, including the primary concepts proposed by Freud as repression, projection, identification, denial, transference, countertransference, condensation, displacement, etc.
Keywords: psychological practice, listening, subject, Psychoanalysis.
Introducción
El interés por realizar una práctica psicológica retomando conceptos psicoanalíticos, surgió con el transcurrir de la formación académica; buscaba que esta práctica no estuviera ligada a una estructura particular, sino que se pudiese retomar los enfoques que abarcan la psicología; asimismo esta práctica no tuviese un componente sugestivo que limite la libre asociación del paciente, sino que permita el libre transcurso del discurso. Según el Colegio Colombiano de Psicólogos (2016) los psicólogos deben pretender que todas sus intervenciones busquen el bienestar de sus consultantes, evitándoles todo malestar, respetando su libre desarrollo de la personalidad y obrando con justicia.
Dicha práctica estaría basada en la escucha del terapeuta ante las diferentes problemáticas que pueda presentar la persona, evocándolas por medio del lenguaje y la asociación libre, técnica fundamental del psicoanálisis la cual permite que el consultante manifieste su malestar de manera que evoque todos los pensamientos que vengan a su mente sin importar cual vergonzoso sea o en qué orden se presente, teniendo en cuenta cómo los pensamientos inconscientes pasan a la conciencia por medio de lapsus, chistes, sueños y represiones, que permite reconocer la situación angustiante que lo lleva a psicoterapia.
De acuerdo al método psicoanalítico de Sigmund Freud, surge en el procedimiento catártico, el cual fue descrito por el mismo Freud y Breuer en la obra Estudios sobre la histeria en 1893-1895 en el cual el sujeto era hipnotizado y allí emergían recuerdos, ideas e impulsos alejados de su conciencia, permitiendo que el sujeto retrocediera hacia el estado psíquico en el cual había surgido por primera vez el síntoma. Durante varios años Freud aplicó la técnica de hipnosis, utilizando inicialmente acciones sugestivas con respecto a la enfermedad que aquejaba al sujeto, como por ejemplo diciéndole a la persona “usted no tiene nada”, señalando que solo se trataban de situaciones reprimidas por algún suceso ocurrido, del cual podría ser liberado en unos pocos minutos con tan solo hablar encontrándose en estado hipnótico. Más adelante Freud determina que la hipnosis no conduce a una cura total en el paciente, ya que en algunos casos no lograba hipnotizar al enfermo y sus síntomas no eran eliminados en su totalidad. Por lo tanto, logra en los histéricos un tipo de “cura” basado en la asociación libre, en la cual el paciente se encuentra en estado de vigilia reproduciendo significados inconscientes por medio de la palabra, actos y producciones mentales, tales como son los sueños, fantasías y delirios del sujeto, permitiendo una interpretación controlada de las resistencias y deseos, utilizando el lenguaje como una cura psicoanalítica (Freud, 1925).
Lo anterior no quiere decir que se encontrará una cura total en la persona, bien se sabe que en todo tipo de tratamiento independientemente del enfoque quien consulta no será curado en su totalidad, pero cabe la posibilidad de contemplar cómo la palabra permite identificar ciertos focos que pueden estar ligados a una misma problemática; evocando uno a uno de sus malestares y asimismo desplazando y re significando cada uno de ellos, esto basado en conceptos de la teoría Freudiana.
Es por esto el interés de trabajar por medio de la palabra y la escucha, desligando la mal llamada locura y cordura, es decir, que quien consulta no se sienta “loco” al estar hablando solo, sino que sienta al terapeuta como objeto para mantenerse en lo real. Permitiendo que esa cosa llamada inconsciente permita emerger lo sujeto de la persona, siendo estas situaciones angustiantes que reprimen a la persona.
Según Laplanche y Pontalis (2004) antes que el individuo se desborde ante las excitaciones del inconsciente, se activa la señal de angustia la cual reproduce en forma aminorada la reacción del foco inicial que desata la situación traumática de la persona, lo que permite que se ponga en marcha las situaciones defensivas en el consultante tales como: la represión, la proyección, la identificación, la negación, entre otros, los cuales podrán ser evidenciados en el trascurso del proceso.
Una persona que habla y otra que escucha
Ahora bien, hablando en un primer momento en un proceso donde se escuche al consultante, el papel fundamental que tiene el terapeuta es por medio de la atención flotante, recomendación esencial que enuncia Freud en sus Consejos al médico en el tratamiento en 1912 que caracteriza la actitud subjetiva del terapeuta cuando escucha a su paciente “uno debe alejar cualquier injerencia consciente sobre su capacidad de fijarse y abandonarse por entero a sus memorias inconscientes; o expresado esto en términos técnicos: uno debe de escuchar y no hacer caso de si se fija en algo” (Freud, 1912, p. 112). Por lo anterior, se partiría desde el punto en donde el terapeuta deja obrar su actividad inconsciente, guiando el encuentro de la persona hacia su situación angustiante. A partir de lo planteado por Freud, esta recomendación permite al analista descubrir los lazos inconscientes en el discurso de la persona, conservando elementos que pueden ser irrelevantes, cuyas correlaciones más adelante se pondrán en manifiesto por medio de los sueños, siendo la producción de nuestros pensamientos más accesibles.
Una práctica basada en la escucha con orientación psicoanalítica implica la reflexión constante de quien escucha, en torno al relato de sus consultantes, siendo individual, en un espacio centrado en la persona, siendo el lenguaje la expresión fundamental de las realidades propias; la intención de implementar este tipo de espacios, podría posibilitar en el campo de la psicología una opción de intervención, dejando de lado la sugestión ante preguntas que el consultante responderá como requisito o en el que obligatoriamente tenga que cumplir con una serie de tareas, sino siempre estar en busca del sí mismo. Aunque quien llega a consulta en este proceso es señalada como un sujeto, cabe pensar en que no es sujeto, es persona, su yo, el cual está compuesto por partes conscientes e inconscientes, en el cual el mundo real ejerce fuerza sobre él, manteniendo equilibrio entre la realidad y el deseo; siendo entonces el inconsciente el sujeto que emerge a través del discurso, por medio de lapsus, chistes, sueños, y manifestaciones involuntarias que lleguen a la realidad. Es allí donde se rompen barreras en la cual se crea un guión imaginario en estado de vigilia permitiendo desplazarse a lo más primitivo de situación angustiante.
Ahora bien, lo planteado es que todo está derivado a la escucha, pero cabe pensar: ¿Quién escucha?, ¿Cómo el terapeuta sabe que escucha? este orden de ideas, podría ser más una escucha del consultante, de quien habla, en este caso la escucha de la persona sobre si, el encontrar su propio síntoma, un trabajo individual. Este tipo de deducciones me lleva a reflexionar y pensar en un síntoma propio, quizá sería mejor identificar como el consultante se escucha por medio de la asociación libre y el trabajo del terapeuta sea un acompañamiento guía constante en el pensamiento rumiante, el cual quizá no sea el punto central de una sola queja.
Desde este punto el que emerge es el inconsciente, en el cual se encuentra todo lo reprimido, según Laplanche y Pontalis (2004):
El inconsciente freudiano es ante todo e indisolublemente una noción tópica y dinámica, deducida de la experiencia de la cura. Ésta ha mostrado que el psiquismo no es reductible a lo consciente y que ciertos «contenidos» sólo se vuelven accesibles a la conciencia una vez se han superado las resistencias. (p. 194)
Por lo tanto, en sesiones de esta índole podría observarse como las manifestaciones subjetivas de los hechos de una persona que hace emerger el sujeto una determinada cantidad de energía no es controlada desatando nuevamente una señal de angustia convirtiéndose en un motivo de defensa del yo.
Puesta en práctica de la escucha
En este proceso de práctica logré observar tanto en los consultantes como en mí, los diferentes mecanismos de defensa que Freud en su momento presento; a continuación, haré un recuento brevemente en lo observado.
El mecanismo de represión logré identificarlo en un caso de disfunción familiar, el cual no conocí por la paciente sino por medio de su cuidadora, al escuchar el relato de la menor, expresa satisfacción al sentir que tiene muchos pretendientes a su alrededor, los cuales le regalan flores, chocolates y todos deseaban ser sus novios. Según Báez (2007) es un conjunto de estrategias defensivas mediante las cuales el “yo” impide el paso a la conciencia, expulsando fantasías o pensamientos, se tiene en cuenta en este caso que la menor vive con su madre y hermana, ya que nunca conoció a su padre, porque este las abandonó, siendo nula la comunicación con su cuidadora.
En este caso D —como he decidido llamarlo— lo reprimido está en el inconsciente, pero, aun así su fuerza pulsional no se agota, lo cual provoca que dicho hecho luche por pasar a su conciencia por diferentes tipos de manifestaciones, en este caso el “deseo de los pretendientes porque fuera su novia” y expresando ella un gran amor hacia los hombres. En el mismo caso D se observa la proyección, en la cual ella exterioriza y transfiere a otras personas características de sí misma, señalando que “odia las mentiras, odia las mujeres que quieren llamar la atención y que en su grupo todas la envidian” por lo tanto, vale la pena definir que la proyección, según Laplanche y Pontalis (2004) es el medio por el cual el sujeto localiza en el otro sentimiento, cualidades y deseos que rechaza de sí mismo. Por último, en este mismo caso, se logra observar el mecanismo de desplazamiento, el cual según Báez (2007) por medio de estados inconscientes el “yo” externaliza y condensa situaciones concretas en personas externas al sujeto, ubicando en ellos sus problemas internos y así huir o manejar su situación angustiante; en este caso, la menor señala que a raíz de una situación muy fuerte —no señala cual— su cuidadora tiene en las noches pesadillas, las cuales la hacen levantarse gritando; al tener conocimiento previo de dicho suceso por parte de su cuidadora, se comprende que la menor desplaza su situación como un problema que aqueja a su cuidadora.
En otro de los casos también se logró identificar la transferencia la cual, según Freud, referido en la Laplanche y Pontalis (2004) señala que está ligada a imagos —haciendo referencia a las imágenes maternas, paternas y fraternas— con la cual es sujeto puede identificarse.
Un caso al cual llamaremos V, después de varias sesiones puede evidenciar que la menor había hecho transferencia positiva, ya que ella manifestaba sentirse bien y quería tener sesiones todos los días, en una ocasión señalaba, sentir la necesidad de asistir al espacio terapéutico, generando ansiedad en la menor.
Esta menor también presenta familia disfuncional, en la que fue criada por sus bisabuelos maternos y su madre, la cual siempre identificó como su hermana, el reencuentro con su padre fue cuando la menor tenía 11 años. Como efecto negativo hacia la trasferencia del paciente, el terapeuta hace contratransferencia —conjunto de reacciones inconscientes del terapeuta hacia al paciente, en especial frente a la trasferencia de este— en el cual son afectos negativos, hacia los afectos positivos de la menor, lo cual provocaba que el terapeuta dejará el caso.
Consideraciones finales
Quisiera terminar con algo muy corto que logré evidenciar en mí, en tan solo ponerme en el papel de consultante por medio del discurso evoqué muchas situaciones que aquejaban en un solo malestar, el cual quizá no era el eje central, pero que permitió el desplazamiento de situaciones angustiantes que me aquejaban como ser, es de saber que es un procedimiento largo en el cual no existe una cura, pero que si permite tomar fragmentos de ese sujeto interno que emerge situaciones de las cuales no el bien-estar que busca una persona.
En experiencia propia a la hora de escribir presento una resistencia, siendo ligado al excentrismo del súper yo que pretende ejercer una exigencia ante el propio yo, el cual se rige por las represiones de no poder sustentar algo en lo que es real, debido a las ideas sobrevaloradas que han sido desplazadas, en el término del encontrar al sí mismo. Estas situaciones en ocasiones han sido desplazadas en los sueños en la cual la transformación de las ideas latentes de los sueños es una manera de expresar nuestras situaciones angustiantes de maneras diferentes en la cual el inconsciente sale a flote sin barrera alguna, llevando a cabo una condensación compuesta de dos o más impresiones o sucesos posiblemente relacionados con residuos del día y represiones del sujeto que emerge. “En aquellos casos que las ideas latentes carecen de tales elementos comunes, la elaboración del sueño se ocupa en crearlos para hacer posible la representación común en el contenido manifiesto” (Freud, 1966, p. 26).
Con lo expuesto anteriormente, se quiso mostrar que a través de la escucha se puede llevar a cabo una práctica psicológica sin formatos, sin registro o situaciones sugestivas que transformen el discurso de quien consulta, de acuerdo a la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud todo tipo de interpretación permite demostrar que lo inconsciente puede pasar a lo consciente por medio de la palabra, logrando un nivel máximo de expresión evocando su malestar, lo cual permitiría que la persona continúe en la búsqueda del sí mismo. Los aspectos aquí expuestos son un inicio de la posible cura por el habla, en aras de dar bases más sólidas a lo manifestado a lo largo del escrito; considero necesario continuar en la profundización tanto teórica como práctica a nivel profesional.
Referencias bibliográficas
BÁEZ, J. (2007). Escritos Psicodinámicos. Grupos. Bogotá, Colombia.
COLEGIO Colombiano de Psicólogos (2016). Noticias y comunicados. ¿Conoce usted acerca de los Principios Éticos de la Práctica Profesional del psicólogo(a)? * Comunicado de prensa. Recuperado de: http://www.colpsic.org.co/sala-de-prensa/noticias/conoce-usted-acerca-de-los-principios-eticos-de-la-practica-profesional-del-psicologo(a)–comunicado-de-prensa/809/1.
FREUD, S. Trabajos sobre técnica psicoanalítica, y otras obras (1911-1913). Consejos al médico en el tratamiento, 1912. Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu.
FREUD, S. El yo y el ello, y otras obras (1923-1925). Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu.
FREUD, S. La interpretación de los sueños I (1966). Obras del pensamiento contemporáneo. Londres: Alianza Editorial.
FREUD, S. Estudios sobre la histeria (1893-1895). Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu.
LAPLANCHE, J. y PONTALIS, J. (2004). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.
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