Develación del significado de la gobernanza metropolitana del servicio hídrico local

Margarita Juárez-Nájera
Universidad Autónoma Metropolitana
Cruz García Lirios
Universidad Autónoma del Estado de México

José Marcos Bustos-Aguayo
Universidad Nacional Autónoma de México
.

Resumen

A menudo, el abastecimiento hídrico ha sido considerado como resultado de políticas públicas de tandeo que se sustentan en condonaciones, subsidios o incremento de tarifas, soslayando mecanismo de autogestión o cogestión entre actores políticos y sociales. En tal sentido, el objetivo del presente estudio fue interpretar las narrativas y los contenidos de representantes de sectores políticos, científicos y usuarios del servicio municipal. Se realizó una investigación cualitativa con una muestra intencional de fuentes e informantes claves, considerando su residencia en una demarcación de la Ciudad de México. A partir de la técnica Delphi, la información se procesó en una matriz de análisis de contenidos y discursos relativos al abastecimiento hídrico. Se develó un significado compartido que estriba en vincular aspectos geográficos y económicos con el suministro de agua, pero factores políticos y sociales fueron inferidos como externos a una cultura de la resiliencia ante eventos de riesgo que determinan el consumo de agua.

Palabras clave: Desabasto, conflicto, encuadre, verosimilitud y verificabilidad.

Abstract

Water supply has often been considered as a result of public policies that are based on forgiveness, subsidies or tariff increases, avoiding a mechanism of self-management or co-management between political and social actors. In this sense, the objective of this study was to interpret the narratives and the contents of representatives of political sectors, scientists and users of the municipal service. Qualitative research was conducted with an intentional sample of sources and key informants, considering their residence in a demarcation of Mexico City. From the Delphi technique, the information was processed in a matrix of content and discourse analysis related to water supply. A shared meaning was developed that links geographic and economic aspects with the water supply, but political and social factors were inferred as external to a culture of resilience in the face of risk events that determine water consumption.

Keywords: Dismissal, conflict, framing, likelihood and verifiability.

Introducción

El objetivo del presente trabajo fue analizar el contenido de notas de prensa y los discursos de informantes con respecto a al abastecimiento hídrico en una localidad de la Ciudad de México. Se exploró la cobertura de la prensa para establecer indicadores de conflictos entre autoridades y usuarios en situaciones de desabasto, así como las narrativas de informantes acerca de sus experiencias de abastecimiento con la finalidad de develar el significado que se construye en la localidad en torno a los recursos y servicios hídricos.

A menudo, el análisis de las problemáticas hídricas se ha centrado en la calidad del servicio, indicada por la frecuencia de abastecimiento, el nivel de potabilidad y sus efectos en la salud pública ambiental. Más recientemente, algunos estudios han versado sobre los efectos de la difusión de los medios de comunicación en el procesamiento de la información de sus audiencias ante eventos de riesgo como sequias o inundaciones (García, Bustos, Juárez, Rivera y Limón, 2017).

En la demarcación se han realizado investigaciones relativas al efecto de la cobertura de la televisión, la radio o la prensa con respecto a las fugas públicas antes, durante y después de celebrados los comicios locales y federales (García, Carreón, Hernández, Bustos, Limón y Morales, 2013).

Estudios más delimitados han demostrado que en el caso de los medios impresos, la difusión de la situación hídrica local se reduce estrepitosamente con la proximidad de las elecciones municipales o regionales, a la vez que se han observado dos estilos de procesamiento de información por parte de sus audiencias: la lógica de verosimilitud y la lógica de la verificabilidad (García, 2011a).

Se trata de una propensión al cuidado de los recursos siempre que los usuarios consideren que la información diseminada en los medios impresos es confiable y/o verificable con respecto a otras fuentes como los reportajes de televisión o los programas de debate en la radio (García, Carreón, Mecalco, Hernández, Bautista y Méndez, 2014).

Precisamente, en la delegación Iztapalapa que se distingue por su grado de escasez y desabasto continuo, algunos estudios han demostrado que cuando la información diseminada en los medios de comunicación está sesgada hacia una escasez produce comportamientos de conservación, austeridad y frugalidad en las audiencias, pero cuando más bien se genera una difusión de abundancia de los recursos hídricos, entonces se observa un incremento considerable en el consumo registrado en los medidores o recibos (García, 2018a).

Empero, el estado del conocimiento y la literatura consultada no ha establecido el significado del consumidor, sus autoridades y expertos asesores con respecto a sus diferencias y similitudes en relación a la calidad del servicio hídrico. Más específicamente, el abastecimiento ha sido un tema central en la agenda de los actores políticos, sociales y empresariales, pero sin la indagatoria de sus discursos o narrativas en torno al servicio hídrico (Bustos, Juárez, Sandoval, Quintero y García, 2017).

La literatura especializada en el análisis discursivo advierte que; 1) la comprensión preliminar del significado en torno a la calidad de un servicio público es complementaria a los análisis de contenido o estadísticos que atribuyen al individuo la responsabilidad de cuidar su porción de agua; 2) la injerencia del contexto local e histórico en el que los usos, costumbres y tradiciones justifican la austeridad o el dispendio; 3) los límites de un interpretación simple sin considerar el contexto mediático en el que se construye la información circundante y acorde a las audiencias según su grado de desarrollo humano; 4) la necesidad de realizar una interpretación global del entorno, sus diferencias y similitudes de significado (García, Carreón, Hernández y Bustos, 2017).

Teorías de la gobernanza metropolitana

La Figura 1 muestra el análisis de las relaciones entre sistemas, principalmente los de comunicación, puede realizarse a partir de la teoría de los sistemas generales.

Figura 1. Teoría de la gobernanza metropolitana

Fuente: Elaboración propia

Fuente: Elaboración propia

En este sentido, un sistema codifica y decodifica sus canales de distribución para hacer frente a la demanda decreciente o creciente. De este modo, la producción de un sistema está en función del input energético. La teoría de los sistemas generales fue la primera propuesta para el estudio de la comunicación humana (Carreón, Hernández, Bustos y García, 2017).

Puesto que cada ser viviente demanda, procesa y consume, es menester considerar a los seres vivos como sistemas no sólo de energía, sino también de tecnología, información, comunicación y actitud. La teoría de los sistemas generales integró un conjunto de teorías que incluyen principios universales de los sistemas integrativos y disipativos (García, Rivera y Limón, 2017).

En el primer caso, los subsistemas semi-abiertos y semi-cerrados configuran a los sistemas integrativos porque cada unidad de información se enlaza para llevar a cabo un intercambio más que una transferencia unidireccional de información (García, Montero, Bustos, Carreón, Hernández, 2012b).

En el segundo caso, los subsistemas disipativos son elementos endógenos o abiertos, y exógenos o cerrados en los que cada unidad de información está codificada para preservarse sin cambios que le puedan significar trasformar su estructura (García, Rivera, Limón, Bustos y Juárez, 2017).

Precisamente, la teoría de los sistemas generales plantea que cada sistema está anclado a una red de causas y efectos, pero también existen principios que lo organizan, no sólo para preservar su estructura sino para transformar sus relaciones con los demás elementos semejantes del entorno. Para tal propósito, se requieren canales de comunicación permanente entre cada unidad sistémica (García, Bustos, Carreón y Hernández, 2018).

En este sentido, la logística del sistema determina la función de cada estructura, factor o indicador. Si lo que ocurre en cada indicador sucede en la estructura sistémica, entonces su formulación será muy próxima a una formalización matemática. La teoría de los sistemas generales explicó el balance energético entre sistemas y subsistemas, en el caso de los informacionales y comunicativos, tal equilibrio parece estar circunscrito a los actos (García, 2011).

En un sentido diferente, la teoría de la ecología del desarrollo plantea que si analizamos los actos deliberados de las personas más que sus discursos, encontraremos el indicador de cada subsistema. En relación con otras teorías, la teoría de la ecología del desarrollo incluye elementos que son compatibles con la teoría de los sistemas generales. En el caso del macrosistema, el que incluye a todos los sistemas, subsistemas, factores e indicadores, la teoría de la ecología del desarrollo al igual que la teoría de los sistemas generales, plantea que el fin último de un sistema es su reproducción sistemática (Quintero, García, Rivera, Sandoval, Figueroa y Molina, 2018).

Se trata de un conglomerado de unidades interrelacionadas de tal modo que la ausencia de alguno implica una nueva configuración. El cambio de una configuración a otra se ejerce por diferentes fuentes, no obstante, cada unidad se precia de ser original porque el resultado de tal configuración es irrepetible, aunque su proceso sea el mismo. De tal modo que el macrosistema es cambiante entre cada unidad (Carreón, Hernández, García, Rivera y Morales, 2014).

La teoría de la ecología del desarrollo fue pionera en torno al análisis del contenido de un mensaje, analizable a partir de su contextualización, enmarcado e intensificación simbólica. Tal es el caso de la información mediatizada por la televisión, radio, prensa escrita e Internet. En este sentido, la psicología ambiental, disciplina a la que está suscrita la teoría de la ecología del desarrollo, ha realizado observaciones sistemáticas de los escenarios en los que los conflictos por el territorio y la apropiación del espacio público son indicadores sustanciales de las consecuencias de políticas públicas (García, 2012).

A partir de la teoría el establecimiento de la agenda y los estudios relativos al encuadre de los medios de comunicación se han evidenciado dos lógicas: la verosimilitud y la verificabilidad.

  • La primera consiste en difundir la cobertura de los hechos a partir de responsabilizar al Estado por la calidad de sus servicios públicos en detrimento de la calidad de vida de la ciudadanía. O bien, responsabilizar a la ciudadanía por el derroche de agua en detrimento de las zonas vulnerables, marginadas o excluidas del servicio público (García et al., 2014).

  • La segunda lógica de verificabilidad opera bajo el encuadre de los hechos de un modo tal que los lectores, pueden recopilar la información para emitir un juicio racional con la información reportada por los periódicos (García et al., 2015).

En el caso de la política de oferta de agua, la psicología ambiental ha contribuido con el esclarecimiento de los significados derivados de una situación de escasez, desabasto e insalubridad. Tales significados son fundamentales para explicar el establecimiento de una agenda ciudadana en materia de movilización para el abastecimiento de agua en una demarcación (Sandoval, Carreón, García, Quintero y Bustos, 2017).

La teoría del establecimiento de la agenda considera a los medios de comunicación como un poder central capaz de definir los temas críticos de la agenda política. La emergencia de la inseguridad cibernética y la videovigilancia digital parecen haber rebasado a la teoría del establecimiento de la agenda. A medida que los sistemas informativos y comunicativos se digitalizan y virtualizan, los presupuestos de la teoría del establecimiento de la agenda parecen explicar hechos homogéneos que en la sociedad de la información se han diversificado hasta un punto tal que hace necesario el replanteamiento de la teoría del establecimiento de la agenda (García et al., 2017).

La espontaneidad de un mensaje podría tener una relación directa con el razonamiento heurístico. En este sentido la teoría de las decisiones prospectivas sostiene que en situaciones de incertidumbre, las decisiones de los individuos son influidas por “atajos mentales” en los que una noticia sobre inseguridad activaría la desconfianza, el miedo o el enojo (García et al., 2018)

A medida que los mensajes de inseguridad son emitidos por los medios de comunicación, influyen de un modo automático en la memoria y las decisiones de las personas. La continua difusión de la inseguridad propiciaría en las audiencias una dependencia a corto, mediano y largo plazo en los medios de comunicación por parte de aquellas personas que han sido persuadidas y han incorporado la información circundante en sus decisiones y acciones cotidianas (Carreón, Juárez y García, 2017).

En tal sentido, la teoría de la probabilidad de la elaboración sostiene que la información es procesada en rutas periféricas relacionadas con decisiones espontáneas y comportamientos improvisados, así como rutas centrales implicadas con decisiones y acciones deliberadas (García et al., 2013).

Sin embargo, la necesidad de cognición tendría en la búsqueda de información un sesgo que consiste en aceptar aquella información que corrobora las creencias y rechazar aquella que las cuestiona. En tal sentido, los lectores de un periódico parecen simpatizar con aquellas notas informativas que complementan sus creencias respecto a hechos concretos de algún tema (Carreón et al., 2011).

En contraste, las notas que refieren acontecimientos contrarios a sus convicciones tendrían un mayor efecto persuasivo si son rechazadas en primera instancia por los receptores, pero siembran la duda en ellos mismos a tal grado que buscan información para rebatir los mensajes contrarios y después de contrastar la información terminan modificando sus convicciones (García, 2007).

La teoría del establecimiento de la agenda plantea una explicación al por qué los medios de comunicación sesgan sus notas informativas y determinan los temas de discusión en la opinión pública. La teoría del establecimiento de la agenda sostiene que la información de los hechos es procesada por los profesionales de la comunicación, publicidad y mercadotecnia para modificar los contenidos en función de políticas internas (García et al., 2013).

Decir que los medios de comunicación, principalmente la televisión, manipulan las audiencias hasta convertirlas en consumidores cautivos de los más oscuros intereses es el argumento de la teoría de la sociedad teledirigida. Desde el proceso de socialización más que de recepción de los medios, los efectos mediáticos implican información aprendida por las audiencias con base en imágenes más que discursos (Carreón et al., 2017).

La imagen parece haber desplazado a los discursos. Aunados a la imagen, los spots sustituyeron a los discursos sociopolíticos. Cada relación unidireccional entre imagen y espectador devela una sociedad teledirigida, manipulada, cooptada, trastocada y socavada de sus tradiciones para homogeneizar su consumismo. Tal relación entre spots y consumidores permiten afirmar que la influencia de la televisión la hace insustituible incluso por Internet (García et al., 2017).

A diferencia de la teoría del establecimiento de la agenda, la teoría de la sociedad teledirigida sostiene que es la socialización en sí, más que los intereses de quienes dirigen los medios de comunicación, es la principal amenaza para la democracia. En tal sentido, las problemáticas, en sus diferentes ámbitos, son el reflejo de proceso de aprendizaje en el que las imágenes difundidas por los medios de comunicación están guardadas en el núcleo central de la representación social que sobre las problemáticas tienen los ciudadanos. Por ello, la cobertura de las catástrofes naturales, inundaciones, huracanes o sequias tienen un mayor impacto en las audiencias (Carreón et al., 2015).

Estudios de la gobernanza metropolitana

La Tabla 1 muestra los estudios de la calidad del servicio hídrico centrada en el sistema de abastecimiento y cobro, así como en la insalubridad como efectos de las políticas de tandeo y tarifas subsidiadas.

Tabla 1. Estudio de la calidad del servicio hídrico

Año

Autor

Hallazgo

1968

Bertanffy

Sostiene que cada ser viviente intercambia energía con su entorno. Tales transacciones configuran sistemas los cuales pueden ser analizables como flujos energéticos en los que la entrada de energía (input) redistribuye las funciones en el sistema a un grado tal que los estabiliza o desestabiliza según sea el caso. Tal intercambio energético puede implicar un disturbio energético.

1972

McCombs y Shaw

Plantearon el sesgo informativo y la influencia de la cobertura mediática respecto a los temas más comentados por la opinión pública. Correlacionaron los temas difundidos por los medios con los temas reportados por encuestas de opinión y encontraron relaciones positivas y significativas, el proceso de formación de creencias, percepciones, actitudes, intenciones y comportamientos parece explicar un principio mediático, a saber: los contenidos difundidos en los medios de comunicación inciden en la agenda política ya que la opinión pública minimiza o maximiza los temas hasta un punto tal que, la clase política construye la agenda a partir de la frecuencia de los temas circundantes en los espacios y canales de expresión.

1977

Bronfenbrenner

Plantea que el desarrollo evolutivo requiere de actos significativos relacionados con experiencias personales o grupales. Cada acto es indicador del desarrollo humano. Incluso, aquellos actos que son significativos se circunscriben al desarrollo individual en los que el entorno, es decir, las relaciones entre individuos y grupos determinan los siguientes actos de la persona.

1977

Fazio, Zanna y Cooper

Consideraron que la formación de actitudes hacia los medios de comunicación y sus mensajes correspondientes implicó una activación directa de imágenes y frases con la memoria procedimental. A medida que los mensajes eran transmitidos, su duración y repetición parecieron activar experiencias previas y con ello formaban actitudes y acciones espontáneas sin requerir de algún cálculo mental o razonamiento inquisitivo.

1981

McCombs, Cole, Stevenson y Shaw

Sostienen que la relación entre los medios de comunicación y el Estado es explicada a través de la agenda ciudadana. Es decir, la sociedad civil genera los contenidos que los medios reproducen y el Estado reorienta según su rectoría.

1986

Tversky y Kanheman

Develaron un procesamiento de información automático y sistemático. En tal modelo, la experiencia de recepción de información activa decisiones comunicativas que incidirán en el comportamiento prospectivo.

1989

Cacioppo y Petty

Encontraron que un procesamiento de información al que denominaron como “necesidad de cognición” definida como el procesamiento sesgado de información que llevan a cabo los individuos al momento de ser persuadidos por un mensaje.

1991

Ajzen

Estableció el efecto deliberado, planificado y sistemático de la información sobre las expectativas de control.

1995

McCombs y Hua

Advierten que las políticas públicas y los programas públicos estarían determinados por la difusión de problemáticas que impactarían en las audiencias y construirían un imaginario y zozobra social que la clase política tomaría en cuenta al momento de definir las partidas presupuestales antes, durante y después de los comicios locales o federales.

1996

McCombs

Advierte que cada mensaje sesgado no basta para ser un indicador de manipulación, sólo se trata de hecho transformado en frase, spot, imagen, noticia u opinión. En este sentido, el sesgo informativo alude a la apreciación de un tercer elemento afectado por la relación medios de comunicación y audiencias. Se trata de otros medios de comunicación en competencia con el medio de mayor rating y que a la vista de su competencia, es definido como un medio controlador y manipulador de audiencias.

1998

McCombs, Llamas, López y Rey

Plantean a la formación y desarrollo de la opinión pública, durante las cuatro últimas décadas del siglo XX, había sido explicada por la incidencia de la propaganda difundida en cine, prensa, radio o televisión. La Sociedad de Masas era considerada el efecto de estrategias propagandísticas que incidían en la afectividad más que en la racionalidad de las audiencias, espectadores, suscriptores o lectores.

1998

Sartori

Menciona un ciber-lenguaje icónico-representacional para explicar que Internet no puede sustituir a la televisión ya que las audiencias colman los horarios estelares por un producto sociovisual más que icónico. Es decir, las audiencias consumen historias visuales y personajes que en Internet están presentes, aunque los programas sean los mismos, están en otros idiomas o en acentos diferentes a los que el espectador espera presenciar. Precisamente, en este proceso consiste la relación cautiva entre la televisión y las audiencias.

2003

Sainz y Becerra

Advierten un sesgo noticioso que influye en la agenda política a través de la opinión pública. En este sentido, establecieron una diferencia entre los conflictos reportados por otros estudios y la cobertura de la prensa de 2009 a 2013 en la misma demarcación. Realizaron un estudio descriptivo sobre el contenido de las notas de periódicos y encontraron una tendencia creciente de las movilizaciones ciudadanas. Los usuarios pasaron de manifestaciones verbales a confrontaciones directas con las autoridades por el cierre de avenidas como medida de presión para el abastecimiento regular de agua.

2005

Krippendorff

Propuso un mecanismo simple: la emisión de frases e imágenes repercutiría directamente en las creencias y actitudes en ausencia de la formación de expectativas, conocimientos o criterios. En dicho proceso, las percepciones parecían no ser influidas por los mensajes ya que se trataba de un mecanismo automático sin procesamiento de información

2006

Becerra, Sainz y Muñoz

Encontraron una relación directa, negativa y significativa entre la demanda de agua y el incremento de las tarifas. En materia de políticas públicas, el sistema de cobro, principal estrategia e instrumento gubernamental para la sustentabilidad de la demarcación, propició un aumento de las movilizaciones por el abastecimiento regular de agua según la prensa de circulación nacional.

2006

Becerra

Develaron un encuadre noticioso cercano a la verificabilidad de los hechos más que a la verosimilitud, pero confirman la hipótesis relativa a que sesgan los hechos para incidir en las políticas públicas a través de la orientación de los temas que la opinión pública retomará para construir la agenda ciudadana.

2011

García

Analizó las notas de los diarios de circulación nacional respecto a la participación ciudadana en materia de abastecimiento de agua en Iztapalapa. Encontró una tendencia de la prensa a enmarcar las acciones ciudadanas como inexorables a las acciones gubernamentales. Es decir, la prensa enmarcó a los usuarios del servicio de agua potable como violentos ya que sus acciones obedecían más al acaparamiento y comercialización de agua que a sus necesidades personales. Señala que la participación civil prevalece en los diarios de circulación nacional parecen mostrar la indignación e inconformidad respecto a la política de abastecimiento de agua en la demarcación.

2012

García

En un estudio llevado a cabo con editoriales, columnas y reportajes de la prensa escrita en la misma demarcación, encontró indicadores de exclusión social en torno al servicio de agua. La cobertura de los periódicos sobre el secuestro de pipas y el acaparamiento de agua fueron considerados como indicadores de segregación social de los recursos y servicios hídricos. Demostró que la exclusión social en torno al servicio de agua potable se incrementa a través de la amplificación informativa de los medios de comunicación como resultado de las políticas públicas, conceptualizada como el resultado de la nula interrelación entre acciones gubernamentales y ciudadanas.

2013

Carreón et al.,

Revisaron el estado de la cuestión para advertir la tendencia del establecimiento de agendas centradas en la corrupción institucional y gubernamental con respecto a la administración pública de lso recursos y servicios municipales.

2014

García et al.,

A partir de la técnica Delphi, generaron una matriz de análisis de contenido para establecer los ejes y temas de discusión en la agenda de sustentabilidad hídrica local, así como en la difusión de los medios impresos, o bien, sus efectos en las expectativas de los lectores.

2015

Carreón et al.,

Establecieron la confiabilidad y la validez de un instrumento que mide expectativas de administración de los recursos y servicios hídricos en una localidad del centro de México.

2016

García et al.,

Establecieron las diferencias entre grupos socioeconómicos, sociodemográficos y socioculturales con respecto a variables sociocognitivas relativas al derroche y al ahorro de recursos como estrategia ciudadana ante las políticas de tandeo local.

2017

Carreón et al.,

Contrastaron un modelo para el estudio de la gobernanza de la sustentabilidad hídrica en el que establecieron las trayectorias de relaciones de dependencia entre variables e indicadores relativos a las expectativas de la gestión y la administración consensuada de los recursos y servicios hídricos.

2018

García et al.,

Develaron el significado de la calidad de los servicios hídricos con la finalidad de establecer los temas centrales en la agenda pública local.

Fuente: Elaboración propia

En ciudades sustentables, el servicio de agua potable incluye sistema de tarifas ajustadas a la disponibilidad y el consumo per cápita. Sin embargo, en el caso de la Ciudad de México, los subsidios son parte fundamental para el abastecimiento de colonias en las que la red pública redistribuye intermitentemente los recursos hídricos (García et al., 2018).

El análisis del encuadre de los medios de comunicación, principalmente los medios impresos son fundamental para esclarecer los temas prevalecientes y su inserción en la agenda ciudadana, política y local de la demarcación en la que circunda la información relativa al desabasto, las acciones gubernamentales y las movilizaciones ciudadanas correspondientes (Carreón et al., 2014).

Las disputas por el agua podrían agravarse en aquellas zonas con alto crecimiento demográfico y densidad poblacional. La escasez de agua tendría como una de sus consecuencias más inmediatas, efectos a la salud de las poblaciones colindantes a los cuerpos de agua contaminados (García et al., 2017).

Las problemáticas hídricas en el contexto de Iztapalapa, Ciudad de México han sido analizadas a partir del impacto de la escasez sobre el consumo de agua. Desde la perspectiva de la gobernanza y la participación, el abasto irregular ha sido identificado como el principal obstáculo del desarrollo local sustentable. Respecto a los efectos sociocognitivos, las representaciones y las creencias de abundancia y escasez han explicado el dispendio y el ahorro del recurso. Incluso, las dimensiones residenciales y el mantenimiento de las instalaciones han determinado un bajo consumo que correlaciona con el incremento de las tarifas, sanciones o subvenciones de los programas de abastecimiento (Carreón et al., 2013).

Ahora bien, las relaciones entre los sistemas de abastecimiento, administración y usuarios de la red de suministro son matizados por los medios de comunicación al momento de delimitar y transformar los hechos en noticias, reportajes, columnas de opinión, mesas de análisis o debate (García et al., 2015).

En todos y cada uno de estos estudios, el conflicto subyace como la temática pasada, presente y futura en torno a la relación entre la disponibilidad per cápita de agua y el consumo doméstico, industrial y agrícola. A medida que las problemáticas de escasez e intermitencia del servicio de agua potable se intensifican, los conflictos por el abastecimiento se agudizarían en boicots a las redes municipales, secuestros de pipas, confrontaciones verbales con vecinos, mítines y bloqueos de avenidas que derivan en disturbios y movilizaciones orientadas al cambio social (Bustos et al., 2017).

En el marco de tales conflictos y cambios sociales, la cobertura de la acción colectiva y gubernamental en torno a las problemáticas y su influencia en la opinión pública cobra especial relevancia. Ambas acciones —pública y social— plantean escenarios de conflicto a partir de los cuales se han llevado a cabo estudios para establecer hipótesis relativas a las diversificaciones de las problemáticas en consonancia con la heterogeneidad de acciones colectivas y movilizaciones sociales (Quintero et al., 2018).

El desarrollo local tendría en el deterioro del sistema de abastecimiento público, un indicador de corrupción y negligencia de las autoridades, así como el nivel de intransigencia y conflicto entre las comunidades y los grupos que disputan el control del suministro. En efecto, la mercadocracia hídrica consistiría en un sistema de corrupción, negligencia y nepotismo indicado por los conflictos entre autoridades y usuarios del servicio público de abastecimiento de agua (Sandoval et al., 2017).

Las políticas públicas centradas en la oferta de agua; los programas de abastecimiento público clientelares; los conflictos entre autoridades y usuarios; las acciones colectivas y movilizaciones sociales indicarían niveles de conflicto que los medios de comunicación pueden reducir o amplificar según sus criterios de cobertura y expectación. Los cuatro actores, autoridades gubernamentales, empresas de servicios hídricos, medios de comunicación y grupos ciudadanos estarían inmersos en un entorno de escasez hídrica que determina sus acciones (García et al., 2018).

En el caso de la administración gubernamental, las políticas públicas están orientadas a la oferta de los recursos hídricos en función de las demandas del sector industrial y de servicios. Ante tal relación, los medios de comunicación sólo han reportado los desencuentros entre administraciones y usuarios omitiendo las políticas de oferta (Carreón et al., 2014).

Si cada ser viviente realiza actos significativos, si cada acto significativo está relacionado en su equilibrio vital, entonces habrá actos no significativos relacionados con desequilibrios que lleven al colapso del sistema de información (Sandoval et al., 2017).

Los estudios de la sustentabilidad hídrica han establecido relaciones significativas entre las situaciones de escasez y el almacenamiento de agua. Tal relación ha sido matizada por la cobertura de los medios impresos respecto a la problemática en referencia al sistema de creencias de abundancia o escasez de agua. Las investigaciones sobre el tema han demostrado que las creencias antropocéntricas relativas a la abundancia de agua, propician el derroche del recurso. En contraste, la información alusiva a la escasez ha incidido en las creencias econcéntricas determinantes del cuidado del agua (Carreón et al., 2015).

Sin embargo, a nivel local, los diarios de circulación nacional mostraron la ineficiencia de las autoridades locales al momento de cobrar las tarifas e incluso aumentar el costo del suministro de agua. En otras palabras, los medios de comunicación impresa incentivaron conflictos entre usuarios y autoridades respecto a la condonación de deudas en la demarcación de influencia del partido en el poder y el aumento de las tarifas en las zonas de influencia del partido opositor (García et al., 2017).

La cobertura periodística de las condonaciones de deudas por el servicio hídrico, el encuadre de la ineficiencia gubernamental y la percepción de injusticia por parte de los colonos podrían derivar en un ambiente de indefensión aprendida en la que las acciones gubernamentales y ciudadanas orientadas a preservar la disponibilidad de agua son reducidas a hechos aislados y dependientes del sistema tarifario de consumo (Quintero et al., 2018).

Estado, medios de comunicación y opinión pública configuran sistemas sociopolíticos de información los cuales pueden ser discernibles a partir de la formación de actitudes. Los estudios psicológicos que estudian la relación entre los sistemas políticos, mediáticos y sociales plantean que la televisión, radio y prensa influyen en los programas públicos a través de la opinión ciudadana. En tal sentido, la sociedad fungiría como intermediaria: mediadora o moderadora de la difusión de los hechos políticos. La diferencia existente entre una u otra función estriba en la construcción de actitudes hacia el sistema político (García et al., 2018).

Si la ciudadanía opina que existe un equilibrio entre el poder político y el poder mediático, asistimos a un fenómeno de moderación en el que interactúan dos factores, uno mediático y otro político, para explicar la emergencia de movilizaciones sociales. En contraste, si la opinión pública considera que existe una hegemonía entre uno u otro poder, sea mediático o político, entonces se trata de un fenómeno de mediación en el que la opinión ciudadana regula el flujo de información para equilibrar la disparidad de poderes (Bustos et al., 2017).

Ambos fenómenos, moderación y mediación, ubican a la ciudadanía en una fase intermedia en la que las agendas mediáticas parecen influir en las agendas políticas. Es decir, los temas de difusión en la televisión, radio y prensa, a pesar de su diversidad y diferenciación, inciden en la construcción de consensos al momento de priorizar las problemáticas, atender las demandas y programar las estrategias de intervención del Estado (Carreón et al., 2012).

La moderación de la opinión pública supone un sistema sociopolítico en el que la participación ciudadana desequilibra los poderes fácticos para someterlos al escrutinio y las iniciativas ciudadanas. Por el contrario, la mediación de la ciudadanía en torno a la influencia de los medios sobre los sistemas políticos supone un sistema antidemocrático en el que priva la ingobernabilidad (García et al., 2013).

Debido a que la moderación de la opinión pública en las discrepancias mediáticas y políticas parece ser el preámbulo de la democracia participativa, es menester discutir el proceso en el cual los medios de comunicación inciden en la opinión pública y ésta en las agendas políticas (García et al., 2015).

La agenda pública se construye considerando la oferta y demanda del servicio de agua potable ya no desde su dimensión hídrica, sino desde su dimensión mediática. En tal sentido, el encuadre de la prensa resulta fundamental para explicar la influencia de los editoriales sobre la opinión pública y las declaraciones de los funcionarios responsables de regularizar la red de abastecimiento público (Carreón et al., 2017).

En otras palabras, los estilos de las notas periodísticas parecen incentivar un equilibrio de declaraciones de los actores implicados más que un desequilibrio que implique la renuncia de alguna autoridad o la movilización ciudadana en torno a la regularización del servicio, la calidad de agua o la prevención de enfermedades hidro-transmitidas. Se trata, de un escenario en el que la prensa no busca establecer su agenda, más bien su objetivo parece estar orientado a la inconmensurabilidad de la problemática y la relativización de propuestas (Sandoval et al., 2017).

El desabasto de agua en las demarcaciones con baja disponibilidad hídrica, crecimiento poblacional, densidad residencial e industrialización configuran un escenario de escasez y desabasto a partir de los cuales se generan conflictos indicados por desacuerdos, confrontaciones verbales y físicas, boicots a la red de suministro, secuestros de pipas, cierres de avenidas para manifestaciones y mítines en torno a la demanda de abasto regular de agua. En tal escenario, la cobertura de la prensa resulta fundamental para explicar el establecimiento de una agenda en materia de derecho al servicio equitativo de agua y la modificación o actualización de políticas públicas a partir de la evaluación que de ellas hace la ciudadanía en tanto usuarios de los servicios públicos (Carreón et al., 2014).

Los estudios de la cobertura periodística en torno a la situación hídrica-política en Iztapalapa han establecido relaciones directas y significativas entre el desabasto y los conflictos entre autoridades y usuarios de la red pública de agua (Carreón et al., 2017).

En principio, establecer una correlación entre la difusión de contenidos mediáticos, aún en la década actual, parece una empresa compleja ya que los medios de comunicación diversifican sus contenidos. Ayer establecer el sesgo periodístico era justificable dada la subjetividad humana; hoy los medios de comunicación parecen obedecer a propósitos económicos, políticos o sociales entremezclados unos con otros que hace complicado el poder demostrar el tipo de sesgo en el que se pudiesen ubicar (García et al., 2015).

En el marco de la psicología de los medios de comunicación, sus efectos propagandísticos en la formación de creencias y actitudes, los estudios del establecimiento de la agenda plantean que existe una relación causal entre los contenidos de los medios de comunicación y los temas de interés de la opinión pública (García et al., 2017).

Si se considera que la prensa ha adoptado estilos de difusión que incidirían en la evaluación que del servicio público de agua tienen los usuarios, entonces es menester analizar el contenido de editoriales, columnas y reportajes en los que se muestren las acciones gubernamentales en referencia a las movilizaciones ciudadanas (García et al., 2018).

En situaciones de escasez y desabasto de agua, las acciones gubernamentales y ciudadanas tienden a diferenciarse y contraponerse ya que en las políticas públicas y las necesidades ciudadanas prevalecen intereses asimétricos conforme una problemática de escasez de recursos se intensifica. El Estado tiende a concesionar los recursos sin considerar que son comunes, no advirtiendo que el crecimiento y la densidad poblacional exacerban tales discrepancias y que los medios de comunicación aprovechan tal escenario para enmarcar los conflictos de un modo tal que:

  • Los editoriales tienden a maximizar las declaraciones de funcionarios en materia de abastecimiento de agua y aumento de las tarifas por el servicio público (Carreón et al., 2011).

  • Las columnas de opinión tienden a intensificar su crítica hacia los usuarios morosos, irregulares o gorrones cuando la acción ciudadana consiste en el cierre de avenidas, mítines, manifestaciones, marchas y plantones en plazas públicas o centros de comercio (Carreón et al., 2014).

  • Los reportajes tienden a enmarcarse en imágenes consistentes en la toma de instalaciones, secuestros de pipas, confrontaciones verbales y físicas con la policía para demostrar la irracionalidad de los usuarios frente al incremento de tarifas por el servicio de abastecimiento público (Carreón et al., 2016).

Los diarios de circulación nacional utilizan un encuadre de verificación el cual contrasta con el estilo de verosimilitud reportado por el Estado del arte. Las diferencias y similitudes entre los encuadres periodísticos y los discursos de los actores convergen en el establecimiento de una agenda (García et al., 2017).

Los conflictos hídricos, indicados por la interacción entre las estrategias gubernamentales y las acciones ciudadanas en situaciones de desabasto, han sido difundidos por los medios impresos de circulación nacional como un conjunto de hechos cotidianos intrascendentes. El Índice de Mediatización de los Conflictos Hídricos (IMCH) ha sido empleado para medir el fenómeno en comento, pero ha develado bajos niveles de mediatización. Por consiguiente, la incidencia directa de los periódicos en sus lectores respecto a los conflictos derivados del desabasto de agua propició una agenda de verosimilitud (Bustos et al., 2017).

Se trata de una cobertura mediática fragmentada en la que sólo se reportan denuncias y estrategias de las autoridades que al no estar relacionadas con acciones de los usuarios reducen el conflicto a una situación nula en la que parecen no confrontarse ideas o acciones entre las autoridades y los gobernados ante el desabasto de agua (Carreón et al., 2011).

Sólo en los casos de boicots a tomas de agua pública, los funcionarios parecieron reaccionar ante tales actos, pero los periódicos restan importancia al conflicto ya que no reportaron hechos de confrontación verbal o física, aunque la nulidad y en algunos casos a la minimización del conflicto hídrico entre gobernantes y gobernados en situaciones de desabasto de agua está emergiendo como tema central en la agenda pública (Carreón et al., 2014).

El enmarcado de nulidad de conflictos por parte de la prensa escrita en torno a las relaciones asimétricas entre los actores contraviene las observaciones de intensificación de conflictos en la demarcación (Bustos et al., 2017).

La prevalencia de editoriales, columnas y reportajes, insertos en los periódicos de circulación nacional, incluyen enmarcados circunscritos a una dimensión de nulidad. Es decir, la prensa escrita realizó la cobertura de los hechos de un modo tal que plasmó los datos relativos a acciones gubernamentales no vinculadas con acciones ciudadanas (García et al., 2018).

En este sentido, el enmarcado de la prensa durante un periodo preelectoral parece diferenciarse de la cobertura sobre los mismos hechos de escasez, desabasto y conflicto reportados en la contienda política de las elecciones locales como federales. La emergencia de acciones ciudadanas en materia de políticas públicas de desabasto se gesta si y solo si ayer la prensa enmarcó la participación de la ciudadanía como violenta e irracional (Sandoval et al., 2017).

En tal sentido, se recomienda ahondar en la investigación de los conflictos y sus dimensiones para poder establecer una relación causal entre las políticas públicas y las movilizaciones ciudadanas expuestas en los medios de comunicación. Tales estudios permitirán discutir los efectos de las políticas públicas sobre la evaluación ciudadana de las mismas en situaciones de escasez, industrialización y densidad poblacional. Si se considera que, en los próximos años, las ciudades incrementarán su población, industrialización y demanda de agua, entonces será importante explicar el establecimiento de una agenda pública a partir de la relación entre las acciones gubernamentales y la opinión pública (García et al., 2014)

Gobernanza metropolitana hídrica

En México, Distrito Federal la industrialización, la densidad poblacional y las políticas públicas en torno a la concesión de acuíferos a las trasnacionales han exacerbado la movilización ciudadana por la demanda de los recursos hídricos. El incremento de tarifas del servicio público de agua potable generó conflictos entre autoridades y usuarios. Tal situación ha sido un tema central de la agenda pública construida por el encuadre de los medios de comunicación y la opinión pública en materia de evaluación de los servicios públicos (García, Carreón y Hernández, 2017a)

Es cierto que la situación de escasez influye en las percepciones, decisiones y acciones de consumo, pero entre los hechos de desabasto y fugas, los medios de comunicación parecen sesgar las situaciones hasta un punto tal que la información pudiera influir en el sistema de creencias de los usuarios del servicio público. Una noticia sobre el deterioro de la red de abastecimiento podría influir en el almacenamiento indiscriminado de agua y eventualmente, en los conflictos que se generen por su acaparamiento (García, Carreón y Hernández, 2017b).

Por ello, una revisión sistemática y retrospectiva de la cobertura de los medios de comunicación respecto a las fugas de agua, podría incentivar la discusión respecto a su incidencia en las creencias de los usuarios de la red pública hídrica. Tal investigación, sería preliminar si se pretende explicar la acción organizada de los usuarios respecto a la variabilidad de la disponibilidad de agua en una demarcación (Carreón, Bustos, García, Hernández y Mendoza, 2016).

El poder de los medios de comunicación sobre la opinión pública los hace elegibles como instrumentos por excelencia de legitimación de las políticas públicas. En este sentido, las problemáticas hídricas han sido trastocadas por el poder mediático puesto que los niveles de disponibilidad, abasto, higiene y consumo relativos a la escasez de agua, corrupción e ineficiencia del servicio público, han sido transformados por los medios de comunicación en noticias, cometarios, reportajes o anuncios sesgados (García, Carreón, Hernández, Aguilar, Rosas y Bustos, 2015).

Entre las políticas ambientales y las necesidades de los usuarios, los medios de comunicación cobran una relevancia especial. La mediatización de la naturaleza define la discusión pública relativa a inversiones, tarifas, sanciones o subsidios. El impacto de los noticieros de televisión, las emisiones informativas de radio y las primeras planas de los diarios incide directa y significativamente sobre la opinión y la acción pública (García, 2011b).

En la medida en que los medios de comunicación contextualizan, enmarcan e intensifican las imágenes de los hechos, acceden a la posibilidad de sesgar y manipular a sus audiencias y públicos. En este sentido, es menester estudiar el efecto de la mediatización de las situaciones hídricas para delinear el futuro de las políticas ambientales relativas al servicio de agua potable, alcantarillado y abasto público (García, Carreón, Mendoza, Aguilar, Hernández, Mejía y Estrada, 2014).

Las políticas públicas orientadas al abastecimiento de agua son hechos que por su relevancia social han sido difundidos mediáticamente. En este sentido, las relaciones entre instituciones, usuarios y medios de comunicación forman una agenda pública en la que los temas sustanciales son procesados racional o emocionalmente (García, 2012).

El enfoque racional implica la discusión de temas tales como la escasez, las sequias, el desabasto, el consumo, el ahorro o el reciclaje de agua. A menudo, las instituciones y los medios de comunicación proporcionan datos que activan la discusión de los temas por parte de la ciudadanía. Se trata de información circundante en la que las instituciones encargadas de la red pública de agua y los medios de comunicación tratan de informar a la opinión púbica al mismo tiempo que deliberada o inusitadamente, influyen en las opiniones ciudadanas respecto a temas de gran trascendencia: escasez, desabasto y más recientemente, conflictos entre autoridades y usuarios (Carreón, García, Morales y Limón, 2011).

Los medios de comunicación al reducir o maximizar la información sesgan los hechos deliberadamente para incidir en la opinión pública, pero su propósito esencial es determinar la agenda política. En el caso de la prensa ha establecido una agenda pública mediante la difusión de hechos, datos y procesos que incidieron en la opinión pública a favor de un sistema tarifario universal en México, Distrito Federal (García, Juárez y Bustos, 2017).

En la capital mexicana, los subsidios, sanciones, condonaciones, ajustes y estímulos al ser una atribución de las autoridades delegacionales generan cuestionamientos por parte de la opinión pública y son un tema central en la agenda de la prensa de circulación nacional. Se trata de una situación controversial en la que los actores institucionales, políticos y ciudadanos participan activamente en la discusión sobre el debido proceso del subsidio como un tema central de la agenda pública, política, ciudadana y mediática (García, 2018c).

Si la heterogeneidad de tales agendas es exacerbada por la cobertura de los medios impresos, entonces será posible observar un estilo sistemático de encuadre en el que los periódicos de circulación nacional enfatizan el aumento o la disminución del servicio de agua potable como un discurso de verosimilitud constante en los actores políticos, institucionales y ciudadanos (García, Juárez, Sandoval y Bustos, 2017).

A medida que la prensa informa sobre los ajustes a las tarifas, estaría construyendo un estilo informativo en el que justifica la indignación y morosidad de los usuarios frente a un sistema de cobro deficiente y un servicio intermitente. O bien, los periódicos mostrarían su apoyo al incremento o disminución del cobro por volumen preestablecido. En este sentido, la cobertura de los periódicos estaría permeada de desencuentros entre autoridades y usuarios (García, 2018b).

No obstante que un sistema sustentable se construye a partir de tarifas que reflejan el equilibrio entre disponibilidad y consumo, el sistema de cobro en la Ciudad de México parece buscar el equilibrio entre las agendas políticas, ciudadanas y mediáticas. En este proceso, los estilos de información de la prensa resultan fundamentales ya que un mayor énfasis en el aumento de las tarifas implicaría un incremento de conflictos entre autoridades y usuarios (García, Montero, Bustos, Carreón y Hernández, 2012).

Método

Se realizó un primer estudio exploratorio, retrospectivo y de contenido. Se llevó a cabo un muestreo no probabilístico de 103 notas de periódicos de circulación nacional: la Jornada, El Universal y El Reforma en torno a las categorías de 1) escasez, 2) desabastecimiento, 3) insalubridad y 4) carestía durante enero de 2018 a junio de 2018 (véase Tabla 2).

Tabla 2. Descriptivos de la muestra informativa

Escasez

Desabastecimiento

Insalubridad

Carestía

El Reforma

41

36

21

15

El Universal

36

21

17

9

La Jornada

25

16

8

3

 Fuente: Elaboración propia

En una matriz, se analizaron variables cualitativas; nominales y ordinales que, en un periodo determinado, mostrarían la prevalencia de la cobertura mediática con una muestra de diez notas periodísticas seleccionadas intencionalmente. El criterio de inclusión fue la circulación nacional de los rotativos y el periodo de la cobertura. Durante este lapso, los habitantes de la demarcación organizaron movilizaciones en referencia a la escasez de agua y la proximidad de los comicios locales y federales (véase Tabla 3).

Tabla 3. Construcción de la matriz de análisis de contenido

Definición

Indicador

Codificación

Interpretación

Escasez

Refiere a una baja disponibilidad hídrica con respecto a una demanda creciente (Bustos, Ganga, Llamas y Juárez, 2018)

Datos relativos a la disponibilidad hídrica local

-1 para información desfavorable a la gobernanza metropolitana hídrica, 0 par información desvinculada y +1 para información favorable

Altos puntajes refieren a una gobernanza metropolitana centrada en la escasez

Desabastecimiento

Alude a un suministro intermitente respecto a otras localidades (Juárez, Bustos, Quintero, García y Espinosa, 2018)

Datos alusivos al registro de medidores residenciales

-1 para información desfavorable a la gobernanza metropolitana hídrica, 0 par información desvinculada y +1 para información favorable

Altos puntajes aluden a una gobernanza metropolitana centrada en el desabastecimiento

Insalubridad

Refiere a los efectos en la salud pública derivados de la baja calidad del servicio hídrico (Amemiya, valdés, Espinosa y García, 2018)

Datos relativos a enfermedades hidro-transmitidas

-1 para información desfavorable a la gobernanza metropolitana hídrica, 0 par información desvinculada y +1 para información favorable

Altos puntajes aluden a una gobernanza metropolitana centrada en la insalubridad

Carestía

Alude a un incremento sustancial del costo unitario por el volumen hídrico consumido (Sandoval, Bustos y García, 2018)

Datos alusivos al costo unitario por volumen de consumo en el recibo

-1 para información desfavorable a la gobernanza metropolitana hídrica, 0 par información desvinculada y +1 para información favorable

Altos puntajes aluden a una gobernanza metropolitana enfocada en la carestía

 Fuente: Elaboración propia

Se utilizaron matrices de análisis de contenido para la ponderación de las acciones gubernamentales y las estrategias ciudadanas en torno al desabasto de agua. Cada estrategia fue codificada a partir de la imposibilidad de llevar a cabo dicha acción. De este modo, una estrategia cotidiana le fue asignada un valor de 1 y en el caso contrario, una acción poco probable de realizarse obtuvo el valor de cinco para el caso de las autoridades y cuatro para el caso de los usuarios.

Los criterios para la ponderación de estrategias cotidianas fueron aquellos relativos a la frecuencia de la cobertura periodística. Una mayor frecuencia de acciones reportadas por los medios impresos fue considerada una estrategia cotidiana. En contraste, un reporte de estrategias sin precedentes en la demarcación fue asumida como irrepetible y por ello se le asignó el mayor valor. Cabe señalar que la asignación de valores siguió una lógica de medición categórica en la que cada acción fue considerada como frecuente o infrecuente.

En tal sentido, fue necesario recopilar información y a partir de categorías relativas a acciones gubernamentales y ciudadanas, se construyeron matrices para la ponderación de frecuencias. Para sistematizar el registro de la cobertura periodística, se llevó a cabo un análisis de contenido a través de matrices ponderativas de las acciones gubernamentales en interacción con las acciones ciudadanas, ambas en situaciones de desabasto y conflicto. Se consideró que la interrelación prevaleciente entre las acciones gubernamentales y ciudadanas evidenciarían el encuadre de los medios impresos en torno a la problemática de escasez y desabasto en la demarcación con mayor crecimiento y densidad poblacional de la Ciudad de México.

Los conflictos hídricos pueden observarse a partir del análisis sistemático de editoriales, columnas y reportajes relativos al desabasto, las acciones de las autoridades y las movilizaciones ciudadanas. Tal estudio permitirá esclarecer las relaciones existentes entre cuatro actores implicados en las problemáticas hídricas: la industria (mercadocracia), las autoridades, los usuarios y la prensa.

Se recopilaron notas y editoriales informativos respecto a la situación hídrica en la demarcación de estudio. Posteriormente, se codificó la información considerando el marco teórico relativo al sesgo de los hechos a partir del encuadre de la información en la que predominó un estilo de verosimilitud o verificabilidad. Se procedió a calificar mediante jueces los contenidos de las notas informativas respecto a los conflictos. Por último, se concentró la información en otra matriz para la exposición de resultados e interpretación de hallazgos.

El análisis del conflicto entre autoridades y usuarios por la ineficiencia del servicio público está más cercano a la relación entre la dinámica industrial y las políticas públicas de abastecimiento. El presente estudio se llevó a cabo en una demarcación con baja disponibilidad hídrica derivada en principio por las condiciones geográficas, pero intensificada por las decisiones y acciones gubernamentales que priorizaron el abastecimiento de agua a la industrial local más que el suministro a los residentes de la demarcación.

La complejidad de las problemáticas hídricas puede ser estudiada en el contexto de Iztapalapa, a partir de la relación entre las autoridades delegacionales y los usuarios de la red pública. En este sentido, de acuerdo con el marco teórico, la cobertura de los medios impresos indicaría el grado de afectación del abasto irregular sobre los conflictos entre usuarios y autoridades. El análisis de las notas de prensa relativas a los conflictos hídricos permitiría anticipar los cambios que se gestarían en el marco del desarrollo local.

El criterio de ponderación de la mediatización de los conflictos, derivados del desabasto e incentivados por el acaparamiento de pipas, boicot a las redes de suministro, bloqueos viales y seudoreparaciones de fugas, podría establecerse considerando, en un extremo la improvisación de movilizaciones sociales hasta en otro extremo, la sistematización de acciones colectivas.

Se trata de estimar el encuadre de las noticias a través de la prevalencia de sesgos en la cobertura y la intensificación mediante la frecuencia de palabras claves. Los medios de comunicación enmarcan e intensifican los hechos a partir de la cobertura periodística circunscrita a los niveles de expectación y las características de sus audiencias.

En el caso de los medios de comunicación impresos, el análisis de la mediatización de los conflictos entre autoridades y usuarios respecto al desabasto de agua establece el grado de mediatización del conflicto, los ejes correspondientes a acciones de las autoridades y de los usuarios, la interacción entre acciones gubernamentales y comunitarias implicará 63 situaciones de conflicto derivadas por el desabasto de agua.

Es decir, las causas y las consecuencias del desabasto de agua pueden ser analizadas por el enmarcamiento e intensificación de conflictos en los que las acciones gubernamentales y las acciones de los afectados podrán implicar desencuentros. Piénsese en el caso de las empresas refresqueras o cerveceras que al ubicarse en una zona de disponibilidad media acaparan el acuífero para su producción en detrimento de los residentes locales. Ante tal situación, las acciones ciudadanas se intensificarían hasta un punto tal de movilización colectiva que evidenciaría la política de oferta y exacerbaría las diferencias entre autoridades y ciudadanos a partir del incremento de tarifas.

Tales situaciones serían cubiertas por los medios de comunicación y a partir de su encuadre se podría observar el establecimiento de una agenda hídrica en la que convergen los intereses de la industria, el malestar ciudadano y la acción gubernamental. En tal proceso, los medios de comunicación jugarían un papel trascendente ya que el encuadre de la información relativa a los conflictos por la distribución de agua influiría en la opinión pública, sus intenciones de voto y evaluación de políticas públicas en materia de abastecimiento de agua.

Es posible observar zonas de mediatización del conflicto entre autoridades y usuarios respecto al desabasto de agua. La primera zona de color negro corresponde a una alta mediatización y reflejaría una estrategia gubernamental y usuaria sin precedentes en la historia de la demarcación. La zona de color gris intenso obedece a estrategias poco probables, la zona gris más tenue corresponde a estrategias frecuentes, la zona blanca describe estrategias cotidianas o muy prevalecientes entre autoridades y usuarios. Por último, la zona roja se refiere a la nula mediatización caracterizada por una cobertura que otorga todos los elementos para un análisis minucioso de los hechos sin tratar de persuadir a la audiencia.

Por ejemplo, si combinamos las convocatorias de discusión con boicots de redes públicas de abastecimiento tendríamos 20 puntos correspondientes al mayor enmarcado de los hechos. Esta ponderación se interpretaría como un sesgo significativo de los hechos en torno al desabasto ya que combina acciones deliberadas, planificadas y sistemáticas de las autoridades y los usuarios.

No obstante, es importante considerar que la acción gubernamental y la acción ciudadana estarían influidas por la política de oferta de recursos hídricos. La concesión de acuíferos para la producción industrial en detrimento de los pueblos originarios y los barrios periféricos evidenciado por el desabasto, implica un proceso gradual de exclusión que puede ser develado a partir de un análisis sistemático de la cobertura durante la implementación de las políticas públicas, la movilización ciudadana y los eventos electorales de las demarcaciones.

En contraste, el menor enmarcamiento sería de 1 punto y se puede observar en cuatro combinaciones; acuse de información o declaraciones de situaciones (estrategias gubernamentales cotidianas) con declaraciones de indignación o denuncias de corrupción (estrategias prevalecientes de usuarios) Es decir, las cuatro combinaciones reflejan las respuestas no sesgadas de autoridades y usuarios respecto al desabasto de agua.

A partir de estas consideraciones, la ponderación total de cada nota de prensa estaría indicada por la sumatoria de cada una de las combinaciones entre las acciones gubernamentales y las acciones de usuarios. Si se analizan diez notas de prensa, el mayor puntaje de mediatización sería de 200 puntos (20 puntos para cada nota) y el menor puntaje de 10 puntos (1 punto para cada nota).

Una vez establecidas las ponderaciones de las estrategias gubernamentales y ciudadanas en torno al desabasto reportado por los medios impresos, se procedió a multiplicar en cada una de las notas de prensa, el valor asignado a las estrategias gubernamentales por el valor establecido a las acciones ciudadanas. Por último, se realizó una sumatoria de cada producto. Los resultados fueron interpretados considerando las zonas de mediatización expuestas y el marco teórico.

En el segundo estudio, una vez establecidas las zonas de mediatización, se procedió a realizar una investigación exploratoria, transversal y cualitativa con una selección intencional de tres informantes, considerando las lógicas de verosimilitud y verificabilidad de las mediatizaciones hídricas establecidas en el primer estudio y reportadas en el estado del conocimiento.

Se utilizó una matriz de análisis del discurso siguiendo la técnica Delphi, la cual consiste en la comparación e integración de la información en cinco fases; 1) en la primera se seleccionan los memorandos de los entrevistados a fin de poder inferir diferencias y coincidencias; 2) en la segunda fase, se realizaron las inferencias correspondientes a los memorandos a fin de poder develar el significado del servicio hídrico, principalmente el desabastecimiento; 3) en la tercera fase se analizó la estructura del contexto, siguiendo las preguntas universales de qué, quién, dónde, cómo, cuándo; 4) en la cuarta fase se establecieron las inferencias del análisis contextual; 5) en la quinta fase, considerando las anteriores fases, se interpretó el significado global del sistema de abastecimiento hídrico.

Se entrevistaron a los informantes claves en su casa habitación, previa garantía por escrito de confidencialidad y anonimato de sus respuestas, así como la advertencia de que los resultados del estudio no afectarían ni negativa ni positivamente su estatus económico, político y social (véase Tabla 4).

Tabla 4. Descriptivos de la muestra de informantes claves

Sexo

Edad

Escolaridad

Ingreso

Estado civil

Usuario

Masculino

46

Preparatoria

315 USD

Casado

Funcionario

Masculino

57

Licenciatura

1200 USD

Casado

Investigador

Femenino

61

Maestría

2500 USD

Divorciada

 Fuente: Elaboración propia

La información fue procesada en el software de Análisis Cualitativo de Datos (QDA-M por su acrónimo en inglés versión 4,0). Los resultados del análisis se concentraron en una matriz de análisis del discurso.

Resultados

La Figura 2 muestra la comprensión global del significado que los tres informantes edificaron en torno a la problemática de desabastecimiento difundida en los medios impresos.

En la primera fase de análisis, la selección de los discursos a partir de la prevalencia del tema en los medios impresos locales advierte la importancia que para los implicados tiene el contexto del lugar, la infraestructura y la tecnología, aunque coinciden en que el significado del abastecimiento es inexorable a sus estilos de vida y consumo, así como a la organización alrededor de las demandas y exigencias de abastecimiento regular a las autoridades gestoras y administradoras.

Figura 2. Comprensión global del significado del abastecimiento hídrico
02Fuente: Elaborada con los datos del estudio

En la segunda fase, se devela un significado vinculado a las diferencias entre los entrevistados, las cuales estriban en el entorno del contexto, pero también se advierten similitudes en cuanto al significado que el abastecimiento tiene con respecto a la participación civil y su capacidad de autogestión.

Es decir que el énfasis en el coste del servicio por parte de los entrevistados supone una atribución de responsabilidad a las autoridades locales y una preocupación en el incremento probable de las tarifas más que en la conservación del recurso por su significado de patrimonio.

En la tercera fase de la inferencia, la estructura del contexto parece complejizar el significado del abastecimiento puesto que alude a elementos naturales, infraestructura y tecnología, soslayando la participación civil y la gobernanza entre los actores políticos y sociales.

Por consiguiente, en la cuarta fase de análisis, la interpretación del significado del abastecimiento radica en la escasez difundida por los medios más que por el coste del servicio público.

Con base en estas fases previas, la comprensión global del significado de abastecimiento hídrico sugiere que aún y cuando prevalecen diferencias entre los informantes con respecto a las causas del desabastecimiento, las coincidencias en cuanto a las narrativas antropocéntricas o de uso exclusivo del agua por parte de quienes residen, trabajan o investigan parecen justificar una cultura y una identidad resiliente que se vería reforzada y promovida por políticas de tandeo, subsidio, condonación o incremento de tarifas.

Discusión

El aporte del presente estudio al estado de la cuestión radica en la interpretación del significado local alrededor del abastecimiento hídrico. Se trata de un proceso en el que los medios impresos locales han generado percepciones y disposiciones de consumo ante la escasez y el desabastecimiento propiciado por el contexto geográfico, económico y tecnológico, soslayando el contexto político de elecciones locales y federales, así como el contexto social de resiliencia a partir de sismos que mermaron aún más infraestructura.

Sin embargo, la literatura consultada identifica otros factores no incluidos en el estudio que pudieran resignificar la problemática de desabastecimiento expresada por los tres informantes. Se trata de la indefensión o desesperanza colectiva y la hipermetropía o despreocupación social ante eventos de riesgo que afectarían la disponibilidad hídrica.

En tal sentido, el presente trabajo ha puesto de relieve que más bien emerge una resiliencia, aunque esta es previa a la indefensión y la hipermetropía ya que, si bien el significado del desabastecimiento es compartido, la desesperanza civil ante la gestión y la administración de sus autoridades reduciría significativamente su preocupación por conservar el agua e incrementaría su propensión al riesgo, indicado por el derroche del agua y los conflictos por su acaparamiento más que la autogestión.

Pues bien, la literatura revisada señala que la autogestión subyace al significado de una desesperanza de gestión estatal o al distanciamiento de una administración pública, pero en el presente trabajo más bien se han interpretado factores geográficos como la altitud que incrementa el coste por el bombeo y factores económicos como el micro-financiamiento de tecnología de captación pluvial, los cuales son inexorables a la autoridad local o federal.

Es decir, los informantes parecen edificar un significado de resiliencia óptima y nula autogestión como alternativas de acción colectiva ante las problemáticas más que una negociación concertada con las autoridades frente a las limitaciones geográficas o económicas.

Tal desvinculación de lo geográfico y lo económico de lo político y lo social parece develar un significado dirigido hacia la autogestión distante y la gobernanza inalcanzable por parte de cada uno de los tres entrevistados.

Subyace una cultura y una identidad de la resistencia a los imponderables geográficos como los eventos de riesgo más que de resiliencia ante la corrupción política o la desesperanza y despreocupación social. Es menester profundizar en los significados de tales elementos a fin de poder develar un significado más integral del abastecimiento hídrico.

Conclusión

El objetivo del presente trabajo ha sido comprender el significado relativo al abastecimiento hídrico en una localidad influenciada por los medios impresos locales con respecto a; 1) la escasez y el costo determinada por motivos geográficos y económicos, pero no por cuestiones políticas o sociales; 2) la difusión de una cultura e identidad de la resiliencia ante los eventos de riesgo que minan la disponibilidad hídrica como los sismos; 3) la promoción de tecnología de captación, potabilización y reutilización de agua pluvia sin implicar un subsidio estatal.

A partir de este escenario, la difusión mediática estaría incidiendo sobre la edificación colectiva de significados inherentes a la situación geográfica y económica más que a la coyunta policía y la construcción de una gobernanza para la sustentabilidad hídrica local.

El significado de la resiliencia social ante los eventos de riesgo sugiere otros procesos como la desesperanza y la despreocupación que legitimarían una política de tandeo, subsidio, condonación e incremental de tarifas en sectores o asentamientos ubicados en la mayor altitud, sismicidad y precipitación.

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