Erick Daniel Granados Monroy
Licenciado en Filosofía, Master en Desarrollo Humano y Doctor en Gestalt. Profesor de la Universidad Latina, Campus Sur, Distrito Federal, México. Colaborador de las revistas electrónicas Mundo Gestalt, Filosofía Mexicana, Razón y Palabra y Revista de Psicología y Humanidades.
A continuación realizaremos una exposición sintética de las ideas principales de Jesús Martín-Barbero, en su texto referido.
El autor inicia comentando que podemos observar la creación y manifestación de dos tipos de sociedades:
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Integral. Aquella donde la población aún era parte de los mecanismos institucionales, aunque solo fuese para estar afectada y considerada para procesos utilitarios. Una sociedad salarial, industrial, regulada, conflictual y negociadora.
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Dual. Donde observamos la polaridad de integrados/excluidos (conexión/desconexión). Siendo un tipo de comunidad donde predominan las actividades productivas terciarias, informatizada, desregulada, menos conflictual y mucho menos negociadora.
Comenta el autor que esta bifurcación social comenzó con la Caída del Muro de Berlín (con el fin del “Socialismo”), régimen y modalidad económica que la dirigente británica Margaret Thatcher fue de las primeras en legitimar.
En esta modalidad contextual, el Estado se encuentra supeditado al Capital (FMI, BM, Reserva Federal), lo que provoca una situación de ingobernabilidad. Un pseudogobierno respondiendo incondicional e inexorablemente a las directrices de la Corporativocracia.
En la Sociedad Dual (S.D.) la Economía se manifestará en un tipo de vida dividida, donde los géneros tendrán roles externos e internos, correspondiéndole al Hombre, al sexo masculino lo público, lo serio. A la mujer, lo privado. [1]
En la Política Dual de la S. D., por un lado estarán:
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Los Políticos: su mundo, sus discursos e intereses. Una realidad vacua y ajena al Pueblo.
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El Pueblo: alejado del Poder y de las decisiones.
Enuncia Barbero, que la Globalización provoca Alienación, manifestada en: impotencia, frustración, desconfianza y angustia.
Esto, debido a que la realidad se volvió: mutable, cambiable, desechable.
En esta situación, es lo Ontológico lo que definirá: ser hombre, mujer, homosexual, blanco, negro, indígena, budista, cristiano, musulmán, etc.
De acuerdo al oriundo de España, la Identidad:
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Antes, se encontraba enlazada al contexto.
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Ahora, está manifestada en una identidad excluyente (producto de una ideologización disgregante).
En esta situación, ya no hay Comunidad, ahora lo que predomina es: el Mercado, las Redes, la Información.
Más allá de los elementos que los diferencian, hombres, mujeres y niños compartirán:
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Miedo a lo desconocido.
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Miedo a la soledad.
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Incertidumbre ante el individualismo y la competencia.
Existe una resistencia y búsqueda de sentido, volteando la vista hacia el pasado (lo retro, lo new-age). [2]
Por un lado, se tiene un Fundamentalismo Identitario (ese proyectarse como negro, blanco, musulmán, etc.), por otro, una fragilidad de la identidad individual: un Ser aislado, excluido, agredido por el Capital. Condiciones donde la fidelidad a uno mismo y la Razón, ya no tienen sentido. [3]
Según el nacionalizado en Colombia, la Subjetividad estará transformada por dos factores:
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Condiciones Laborales:
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Representada por la mayorización de las actividades terciarias (educación, salud, seguridad, comercio).
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Una situación del trabajador donde lo usual y constante, es la mayor precariedad (menos sueldo, menos prestaciones).
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Tecnificación.
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El requerimiento de más habilidades, iniciativa y responsabilidad del empleado (saber-hacer).
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Y a su vez, menos creatividad, menos seguridad y continuidad laboral, y “obviamente” menos, menos remuneración.
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Competitividad (defensividad y ofensividad para con los otros empleados). [4]
Enuncia el filósofo: en las actuales circunstancias contemporáneas, el trabajo ya no motiva, ni gratifica, ni cohesiona. [5]
Más allá de las sublimaciones de la Modernidad, el pensador realiza los siguientes contraargumentos a la tecnología:
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Se rescata la ontología racionalista-dualista: existe un Sujeto, autónomo, capaz de razonar y dominar: pasiones, emociones y deseos. [6]
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Lo audiovisual y digital, manifestaciones de la decadencia de Occidente.
Contra la propuesta de la ontología racionalista-dualista, se contraponen los siguientes argumentos:
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Lo que predomina, lo que se observa, más allá de esa sublimación ontológica-propagandística, es el Sujeto inestable, fragmentado.
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Un sujeto sin regulación ni autoexpresión; sin el referente sólido de instituciones sólidas como el Estado o la Iglesia.
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Existe una fragilidad nacional/social, que se manifiesta en una fragilidad individual. No hay identificación ni proyección sólidas, porque las instituciones son vacuas, engañosas y corruptas.
En esta situación histórica decadente, un elemento positivo es aquel en que la Mujer aparece como Multidimensional:
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Inicialmente, sólo era Madre-Esposa.
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Posteriormente:
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Profesional.
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Ser político.
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Ideológico.
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Estético.
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Una situación paradójica de fragilidad, con exigencia y responsabilidad.
Féminas que tienen su parte de culpa, de complicidad: homicidas, ideologizadoras, adoctrinantes; pero también un sector valiosísimo: cabal, honesto, congruente, valeroso, mil veces más que millones de esclavos pseudohombres.
Desde la perspectiva del pensador, el Sujeto actual tendrá las siguientes características:
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Enfocar su sensibilidad en su corporalidad (drogas, música, sexo, usados para escapar o sentir).
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Rechazo a la sociedad, y refugio en lo tribal (pandilla, secta, etc.). [7]
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Alienación por fracaso de:
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La Política.
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El Trabajo.
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La Escuela.
Dimensiones que están permeados de corrupción, vacío, incapacidad, utilitarismo e irresponsabilidad.
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Uso intenso de la computaciónnaturalización de la socialización impersonal. [8]
Previniéndonos contra las promesas de los tecnócratas, Martín-Barbero señala que la tecnología, en sus tipos y usos, por sí, no resuelve los problemas de democracia, sociedad y salud.
Y no obstante, puede haber a su vez, un uso irracional, destructivo, de la tecnología.
Finalmente, el hecho de caer en la utopía o en la destrucción vía la cognición-tecnificada, dependerá de varios factores, dos de los principales: 1. la conciencia o inercia de las masas, 2. los planes de las Corporativocracias; de la Utopía a Mad Max, está la volición humana.
Respecto a la conjunción humano-máquina, Martín-Barbero interpreta a la computadora, como una tecnicidad, una aleación entre el cerebro, y la información.
Señala que anteriormente, existía más Saber y menos Técnica.
Ahora es menos Saber y más Técnica.
Predomina una tecnicidad del mundo, del Saber y del Ser.
Para cerrar su reflexión, explica que en fenómeno-uso del Chat, encontramos las siguientes características:
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Una expresividad híbrida, mezcla de lectoescritura.
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Una despersonalización que libera.
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Un anonimato, que permite una autocreación, más allá de la masificación social.
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Una diversificación de la subjetividad.
El problema, el pequeñísimo detalle, es que esas posibilidades ontológicas, sólo son virtuales, electrónicas.
Afuera, sigue la tormenta, la desazón, vacuidad e injusticia.
¿O no?
Notas
1. Este enunciado lo consideramos parcial. En las condiciones contemporáneas mexicanas, 2015, podemos afirmar que la mujer está igualmente integrada y reificada a las normas productivas, siendo la mayoritaria, la existente, un tipo de pseudomujer, un pseudoser igualmente cosificada como el pseudohombre, el esclavo masculino: pieza, esclavo, materia y cómplice de los planes imperialistas de las hegemonías.
Así, vemos a hombres y mujeres: diputadas, funcionarias, policías, militares, ingenieras, etc., cumpliendo los mismos roles alienados y paradigmatizados. Ambos siendo participes pasivos o directos del neocolonialismo.
Ideologización y explotación que no distingue sexos ni edad ni formación.
2. Algunos denominarán a esto, la Sobre-modernidad: la vuela a lo pretérito, a los viejos conceptos e ideales. Elementos que por su valía, bien vale intentar nuevamente. Y dada la ineficiencia y corrupción de los esquemas Modernistas.
3. Una situación bastante peculiar la de las nuevas juventudes, donde no existe sinónima entre esos vigores nacientes, y el deseo contrastante de proponer, hacer, luchar o derrocar.
Aunque es real que ésta podría ser una postura adultocéntrica, que no conoce ni reconoce otras modalidades de conciencia social. O hasta del mismo concepto de la colectividad y el humanismo.
4. Aunque claro, esta lucha de hienas, esa carrera de ratas de las actuales condiciones laborales, no son sólo para el asalariado muscular, también el proletariado burocrático o epistemócrata entra en esa dinámica desleal, miserable, cobarde y sádica: buscando el hueso, el profesionista o el académico se ensimisma, se agota y se entrega a la institución, siendo saqueado y desechado al final.
Más exigencias, menos retribución.
Hermosos tiempos.
5. Afirmamos que esto es un axioma para Centro y Sudamérica, México, perla de esa alienación.
Desconocemos las circunstancias en otros continentes, pero enunciamos la lamentable similitud entre Perú, Colombia, Venezuela, México, etc., en cuanto a las problemáticas vitales, sobre las cosas graves (habitación, pensiones, educación, salud, salarios, etc.) que muy probablemente nunca se resolverán.
Latitudes distintas, miserias iguales.
6. Una postura positivista, racionalista, totalmente alejada y enemiga del Romanticismo: la exaltación de la sensación, de la pasión y los sentimientos.
7. Aquí entran las nuevas y alternas formas de socialización: de pares, de espacios vitales alternos, de subculturas o interculturas o alternas a las hegemónicas y tradicionales.
Que tienen su sentido, pero que tristemente no alcanzan a enfocarse en los problemas fundamentales o en las fuentes; no son radicales.
8. Debemos de reconocer: una excelente estrategia: ensimismar, alienar, abstraer, mediante la creación de pseudo-vínculos, pseudo-relaciones, pseudo-amistades, que sólo son virtuales, que no son reales.
Clavada la nariz en el celular o la computadora, en el whats o en el face, ya no hay la verdadera cercanía, ni el verdadero contacto y compromiso con el Otro y la comunidad. Las plataformas: la religión del siglo XXI. Las aplicaciones, la cadena contemporánea.
Referencias bibliográficas
LAVERDE, M.; DAZA, G. y ZULETA, M. (Editoras) (2004): “Crisis Identitarias y Transformaciones de la Subjetividad”. Debates sobre el Sujeto. Bogotá: Siglo del hombre editores. Universidad Central. DIUC.